El séptimo capítulo de 'Rocío, contar la verdad para seguir viva' ha vuelto a impactar a todo el mundo. Rocío Carrasco ha abordado en esta nueva entrega de su serie documental uno de los episodios más duros de su vida, el de la pérdida de su madre Rocío Jurado, pero también ha contado la verdad tras el convenio de la custodia compartida que firmó con Antonio David Flores en 2003 del que tanto se ha hablado y hasta de los motivos de su ruptura con sus hermanos, Gloria Camila y José Fernando Ortega.
Rocío Carrasco, con dolor, ha vuelto a hablar de sus hijos, de cómo perdió el vínculo con ellos, y también de cómo su hija cambió por completo tras estar cuatro meses con su padre mientras ella estaba con su madre en Houston. La hija de Rocío Jurado ha desvelado una pregunta que le hizo su hija, Rocío Flores, tras este duro acontecimiento en su vida. "Cuando volví de enterrar a mi madre, a Madrid, pido ver a mis hijos. David vino corriendo y empezó a darme besos y me decía ‘mamá no llores’, tenía 7 años. Veo que llega Rocío, que en ese momento tenía 9 años, y nada más llegar se quedó mirándome y me dijo 'mamá, ¿ahora que va a pasar con las casas de Miami?", ha contado, entre lágrimas.
La impactante pregunta de Rocío Flores a su madre siendo solo una niña ha generado todo tipo de especulaciones y comentarios, pero para Rocío Carrasco solo significó una cosa: "En ese momento yo supe que todo había cambiado y que esa semilla del mal que habían implantado en ella había terminado germinando y estaba floreciendo. Empecé a llorar como una niña pequeña, se me vino encima el mundo cuando escuche esa frase y pregunta de una niña de 9 años, que se acaba de morir su abuela y su madre está destrozada. Ella venía con una lección aprendida y me di cuenta que había un antes y un después en esa niña que la había parido yo pero que no tenía nada de mí".
Esta frase fue un revulsivo para Rocío Carrasco ya que terminó de confirmar que tras las actitudes y palabras de su hija estarían los hilos de Antonio David Flores, del que ha dicho también se rentabilizó de la enfermedad y muerte de la abuela de sus hijos.