Rocío Carrasco ya está en el plató de ‘Rocío, contar la verdad para seguir viva’ para responder a todas las dudas que han generado los episodios de su serie documental y para contestar al llamamiento de su hija Rocío Flores. Este ha sido el momento más esperado desde que hace siete días anunció que hoy se sentaría para hablar en directo sobre las diferentes polémicas que le rodean. En su llegada al plató, la hija de Pedro Carrasco se ha mostrado nerviosa, pero al mismo tiempo ha hecho gala de su seguridad para dejar claro que va a responder a todo y a todos. Tras dejarse llevar por la emoción al escuchar en directo ese himno de su madre, ese brutal "lucha, lucha" cantado por Blas Cantó, la gran protagonista de la noche ha hecho acopio de fuerza y se ha sentado valiente y confiada en su historia: "Ahora sí tengo la valentía y la fuerza necesaria para hacerlo".
Rocío Carrasco ha comenzado la entrevista de la mano de Jorge Javier Vázquez y Carlota Corredera, con quienes, desde un primer momento, se ha mostrado cómoda. Lo primero que ha hecho al empezar a hablar ha sido contar cómo se encuentra después de toda la vorágine que han suscitado sus palabras y las reacciones de tantas personas. En especial de su familia, de quienes habla en el documental y con los que lleva años sin mantener ningún tipo de contacto. Con templanza pero con nervios al mismo tiempo, la hija de Rocío Jurado ha comenzado el relato con el que pretende callar muchas bocas. Contando que ahora se siente con una enorme valentía para narrar lo que vivió, una historia en la que miles de mujeres se han visto reflejadas.
Atreviéndose a todo, sin censurar ningún tema, ha empezado hablando del conflicto con su hija, Rocío Flores, a quien "nunca denuncié por protegerla", pero de la que ha dicho que "antes de ser verdugo, fue víctima", ha querido aclarar. "Sentí pánico", ha dicho de aquel fatídico día de julio de 2012, el día en que su hija mayor la golpeó. Tras ese día, no ha vuelto a verla.
Otro de los detalles de la entrevista de Rocío Carrasco es que para la ocasión ha dejado a un lado el traje de chaqueta de color fucsia que luce durante toda la serie documental y que ya se ha convertido en una de las señas de identidad del mismo. Esta vez ha elegido el color azul klein, elegante al mismo tiempo que con carácter, para una de las apariciones más importantes de su vida. Al igual que ocurre en cada emisión de los episodios, aspectos como el plató, la música ambiente o la iluminación, esta vez tampoco se han dejado a la improvisación y todo tiene detrás una clara intención. En este caso, el azul evoca serenidad y calma, las mismas que ha demostrado ella durante toda la entrevista.