Rocío Carrasco ha vuelto a Chipiona y lo ha hecho para terminar de sanarse y también para rendir homenaje a su madre, Rocío Jurado, en el quince aniversario de su muerte. La hija de la más grande visitaba por sorpresa los lugares con más peso emocional ligados a la artista, también a su infancia y juventud, y se acercaba hasta el cementerio, donde depositó flores en su tumba. Un gesto simbólico y voluntariamente discreto, en armonía con la manera de ser de Rocío Carrasco. También con un tono íntimo, que ha contrastado con el delirio, la exhibición de fuerza y la pompa de la reunión de los Mohedano en el mismo lugar, solo unos días antes, y a la que se sumaron sus hijos en común con Antonio David Flores, David y Rocío Flores.
"Yo a mi madre siempre la siento cerca pero lo que sí es verdad es que he dado un paso que era impensable", ha contado Rocío Carrasco, muy emocionada, a Carlota Corredera. Rocío Carrasco se ha roto por completo en el cementerio al estar frente a la tumba de su madre y las imágenes derrumbándose por completo han sobrecogido a todo el mundo. Rocío Carrasco rompió a llorar y se abrazó a sus primas completamente rota. "Fue muy difícil volver a la tumba de mi madre. A mí no me hace falta volver al cementerio para estar con ella. Ella está siempre conmigo. Aunque lo pasé mal fue gratificante el hecho de estar ahí. Me sentí llena, con fuerza", ha dicho.
"Era algo que yo quería hacer. Yo se lo dije, yo quiero ir. Quiero empezar habiendo superado eso que hacia tanto que mi cabeza y mi estado no me permitía. Y fue muy duro pero, a la vez, fue gratificante. Y me sentí como triste en un primer momento pero luego me sentí amplia, llena. Más libre. Me sentí llena, con fuerza, dije, pues un pasito más que hemos dado. Mire su cara, le dije que la quería, le puse las flores y me fui porque no podía estar más tiempo", ha contado.
"Estaba bloqueada por todo lo que he contado durante toda esta docuserie, mi mente estaba solamente en eso, estaba paralizada y no tenía la suficiente fuerza como para enfrentarme a ir al cementerio. Yo la muerte de mi madre la tengo superada, pero ir al cementario ha sido un momento muy muy duro al que no me podía enfrentar porque no tenía fuerzas. Lo he pasado mal pero lo he hecho. Estoy contenta de haber ido", ha compartido con brillo en los ojos.
Carlota Corredera informaba que había sufrido un "ataque de ansiedad. Para ella, Chipiona es un bloque emocional brutal". En la última entrega de Rocío, contar la verdad para seguir viva hemos podido ver las imágenes más emocionantes del paso de la hija de la más grande en su tierra, en Chipiona. En la localidad gaditana, Rocío Carrasco ha recibido el abrazo necesario de sus primas, la familia que nunca le ha fallado.
Sus primas Ani y Rocío, que ya sorprendieron a Rocío Carrasco entrando en directo en su primera entrevista, han recibido a la hija de Rocío Jurado con el cariño que su familia más televisiva no le ha dado en estas semanas tan duras en las que ha abierto su corazón para contar toda su verdad. La audiencia, que ha seguido con atención y respeto todos los episodios del documental ha tenido la oportunidad de pasear con la propia Rocío Carrasco por ese viaje a su pasado recorriendo los espacios de la localidad gaditana.
El programa ha emitido las secuencias más significativas registradas hacía solo unas horas y la madre de Rocío y David Flores las ha ido comentando conmovida y haciendo grandes esfuerzos por no venirse abajo en directo.
Hay muchas preguntas que precisan respuesta y Rocío Carrasco ha estado muy enfocada en ser lo más clara posible. Una de ellas era de rigor, y es que su viaje a Chipiona se ha producido solo unos días antes de la exhibición de fuerza y unión del clan Mohedano. Un gesto que Carlota Corredera, conductora de la entrevista, definió el lunes como "una nueva agresión a Rocío Carrasco".