Si hay un tema que le provoca profundo dolor a Rocío Carrasco es el de sus hijos. La mujer de Fidel Albiac lleva años sin mantener ningún tipo de contacto con Rocío y David y Flores y ha vuelto a soltar una auténtica bomba en el episodio número siete de Rocío: contar la verdad para seguir viva. La hija de Rocío Jurado ha hablado alto y claro del origen del fin de su relación con su hija mayor y también ha hecho especial hincapié en el momento exacto en el que sus hijos comenzaron a adoptar unas conductas inapropiadas para su edad.
Tras hacer oficial la separación y, para evitar escándalos, Rocío Carrasco y Antonio David Flores firmaron un convenio para que sus hijos se quedaran 15 días alternos con cada uno... Algo que no dio buenos resultados: "Rocío menos pero David me costaba un día o dos que se adaptara a su rutina y estuviera centrado, se pasaba horas durmiendo", ha explicado Rocío Carrasco con rabia.
"Venían de no tener un horario a la hora de acostarse, de estar rodeado de gente mayor y de poder hacer en buena forma lo que les diera la gana. Desde los nueve años mi hija quería un móvil, yo no se lo compraba y en casa de su padre lo tenía", ha seguido mostrando una pizca de arrepentimiento ante el convenio regulador que firmó para que sus hijos pudiesen seguir viendo a su padre... Pero, ¿se arrepiente de verdad? ¡Ella misma ha dado respuesta a esta pregunta!
"Lo hice pensando que hacía un bien y me arrepiento porque al final lo que he conseguido ha sido ofrecerle y ponerle en bandeja más tiempo para que consiguiera lo que hoy por hoy ha conseguido", ha continuado mostrando su lado más duro y con el único y firme pensamiento de que lo hizo por el bien de Rocío y David Flores.
"Quiero creer que obré con diligencia en el sentido de que era lo mejor para ellos. Mis hijos querían estar con su padre y yo no iba a tener en mi casa a dos niños privándole de estar con su padre".
Rocío Carrasco ha dado detalles de cómo era su vida familiar por aquel entonces y la manera en la que Antonio David echó por tierra todo los valores que intentó inculcar en Rocío y David: "Mis hijos no estaban siendo conscientes, igual que yo cuando estaba en Argentona, del daño emocional que se les estaba haciendo. Yo con mis hijos hacía una vida muy normal e incentivábamos mucho el deporte, lo digo en plural porque sobre todo era Fidel. Me iba con Rocío y sus amigas de la urbanización y era la época de la goma y la comba y me ponía en el parque con ellas a jugar, era una cosa que disfrutaba pero eso tarda muy poco tiempo en desaparecer. Mi vínculo con los dos es fortísimo hasta que mi madre fallece", ha rematado confesando que la muerte de la más grande marcó para siempre el rumbo de la familia.