Rocío Carrasco ha reaparecido en televisión y lo ha hecho envuelta en la polémica. Este mismo miércoles Lecturas ha dado a conocer, en exclusiva, que la hija de Rocío Jurado ha iniciado una nueva batalla judicial contra su ex marido, Antonio David Flores, y que le solicita 120.000 euros en concepto de daños morales por una entrevista que el ex guardia civil concedió en 2016.
Pero no solo eso. Además, la madre de Rocío Flores es actualidad hoy por otra entrevista, la de su amiga Carmen Borrego, que ha hablado con Lecturas rompiendo su silencio sobre sus conflictos familiares. "No creo que Rocío Flores recupere a su madre. A lo mejor algún día tienen un encuentro, pero no van a tener una relación de madre e hija", ha dicho la hija de María Teresa Campos a Lecturas con rotundidad.
En este escenario espinoso Rocío Carrasco ha vuelto a su trabajo, a 'Lazos de Sangre', y lo ha hecho con un claro mensaje. Menos es más parece ser el nuevo lema de vida de la colaboradora y su estrategia es la misma: normalidad. Rocío Carrasco ha ocupado su silla como colaboradora sin un semblante serio ni tampoco extremadamente feliz, como la hemos visto en sus primeras intervenciones en el programa de Boris Izaguirre. Rocío Carrasco ha estado correcta y se ha limitado a hacer comentarios sobre Paco de Lucía, gran amigo de su madre y protagonista de este último 'Lazos de Sangre'.
"Yo he aprendido a valorar lo vivido en mi infancia y adolescencia ahora en la madurez", ha aportado al debate Rocío Carrasco aparentemente serena después de recordar el día que conoció al famoso guitarrista en El Rocío y ella quería irse de la fiesta porque tenía planes 'mejores'. "Era muy joven, me quería ir a bailar con otra gente... Mi madre me dijo: 'Eres tonta", ha explicado. Unas palabras con las que parece haber dejado claro que son los años los que van poniendo todo en su sitio y la madurez la que le abre los ojos.
Rocío Carrasco sigue refugiada en su marido, Fidel Albiac, con el que acaba de celebrar su cuarto aniversario de boda, y en el mismo camino: fiel a su decisión de adoptar una actitud desenfadada y de normalidad en un momento clave en el distanciamiento con sus hijos y tras reabrir la herida con su ex marido.