A pocas horas del episodio más delicado de la docuserie donde Rocío Carrasco narra una vida marcada por el maltrato y acoso de su exmarido, Antonio David Flores, y la relación conflictiva con su hija mayor, se ha emitido un nuevo adelanto muy revelador e impactante. 'Rocío, contar la verdad para seguir viva' recala este miércoles por la noche en la brutal paliza que Rocío Carrasco recibió de Rocío Flores y da nuevos detalles de cómo llegaron a deteriorarse sus lazos hasta ese punto límite y contra natura.
El efecto devastador de la manipulación de Antonio David Flores sobre sus hijos a la que tanto se refiere Rocío Carrasco, no solo fue un perjuicio hacia ella, por el desgaste y el precio emocional tan alto que tuvo que pagar, sino para con sus hijos. Y el último ejemplo que cuenta en el nuevo avance del episodio es esencialmente gráfico por la manera en que cambió el rumbo de la propia Rocío Flores.
¡Cómo de diferentes habrían sido sus vidas si la joven colaboradora de 'El programa de AR' hubiese podido cumplir su sueño de estudiar en el extranjero! Esos eran los planes de su madre con el fin de cumplir el deseo de su hija. Sin embargo, la actitud y las mentiras con las que habría manipulado Antonio David a la Rocío adolescente frustró completamente esa aventura. Este documental y el abismo que existe entre madre e hija demuestra que todos los intentos de Rocío Carrasco por abrirle los ojos a su hija no surtieron efecto.
"A Rocío le tocaba estar conmigo en el verano de 2012. Se entrelazan y se entremezclan mails entre nuestros abogados diciendo que estábamos a la espera de saber si él [Antonio David] daba su autorización o si le parecía bien o si le parecía mal que la niña fuese a Estados Unidos a estudiar, que la niña quería", revela la hija de Rocío Jurado.
El sueño truncado de Rocío Flores
Todo parecía perfectamente planeado, pero los quince días que estaba pasando Rocío y su hermano David con su padre fueron decisivos para que aquel sueño se esfumara. "Rocío llega diciéndome que lo que estoy diciéndole es mentira, que lo que estoy haciendo es engañándola que yo no la quiero llevar a Estados Unidos, que yo no voy a hacer eso, que lo que quiero es condicionarla para que se quede conmigo", continúa con un poso de tristeza en sus palabras. "Daba la casualidad que ese día habíamos recibido un mail de su abogado en el que dice que su cliente no tiene conocimiento alguno de lo de que yo quería, que era llevar a la niña a Estados Unidos. Mentira, porque la niña ya se lo había comentado", expone.
Otro presente habría sido posible
Lejos de quedarse de brazos cruzados y de que su deseo, y al final el de su hija, sea puesto en duda y desbaratado con este engaño, Rocío Carrasco decidía sentar a Rocío Flores, que contaba por entonces con 15 años, para ponerle la verdad delante de los ojos. "La cojo y le digo: "Mira, mi vida, no te lo voy a decir yo, lo que estás diciendo no es verdad". La senté y le dije: "A ver, lee ahí y qué pone". Desafortunadamente, el final de la historia ya lo conocemos. Desafortunadamente, Rocío Flores no pudo cumplir ese sueño ni la oportunidad de comprobar cómo de diferente habría sido su vida ni de ver que otra relación con su madre habría sido posible, mejor y más sana.