Rocío Carrasco dice que es una jodienda tener que responder a negacionistas o desmontar con pruebas "tonterías" como la de la llamada de Marta Riesco que ha tomado unas dimensiones desproporcionadas. Unas situaciones surrealistas que tiene claro que están orquestadas por Antonio David Flores, "cambiando solo a las personas", para desgastarla, cuestionarla y ponerla en el disparadero. Sin embargo, la cuestión que realmente le ha dolido, le duele y le dolerá hasta el final, sea cual sea y esté donde esté, son sus hijos Rocío y David Flores. La hija de la más grande ha vuelto a la televisión para resolver las cuentas pendientes "contra los negacionistas" de cada una de los asuntos que demuestra con pruebas, una de ellos, relacionado con el episodio más oscuro, que sigue sin poder resolver sobre David, y en el que la colaboración de Olga Moreno fue esencial. Rocío Carrasco se ha dirigido a la exmujer de Antonio David Flores poniendo sobre la mesa su complicidad y lanzando un grito herido: "¡No son tus hijos, los dos son míos".
La ausencia de David Flores en la boda de Rocío Carrasco y Fidel Albiac sigue teniendo flecos, puntos sin resolver. Una ecuación llena de incógnitas que no dejan descansar a la hija de Rocío Jurado y Pedro Carrasco. Para ella es muy importante recordar y exponer todo los pasos que se produjeron antes de todo, pues de nuevo volvería a demostrar con datos una polémica sobre la que más se le ha cuestionado.
"Todo el mundo sabe que mi hijo vivía conmigo en Madrid, en mi caso", explicaba a Jorge Javier Vázquez, "fui a pedir en el Ayuntamiento de San Agustín un histórico de empadronamiento. Me dice que no estaba empadronado allí y la fecha de baja es del 16 de marzo de 2016". Un movimiento muy sospechoso para Carrasco pues, como ella misma señala, son "seis meses antes de mi boda" y la razón es por "cambio de residencia". Sin embargo, no es esta la clave que más perturba a Rocío: "No puedo entender cómo las administraciones publicas se pueden prestar a cambiar el padrón de mi hijo sin mi autorización y de manera unilateral". Esta situación límite está en manos de la justicia, pues reclama, razonablemente, saber "que se haga esto sin permiso de la madre, que soy yo" y, sobre todo, tener en sus manos "el documento firmado por mí, que en realidad es una firma falsa".
Para Rocío, que se llegara hasta ese extremo tiene mucho que ver con "el ser", actuando "en connivencia con la de Málaga [Olga Moreno]", que empadrona a su hijo David "seis meses antes de mi boda sin mi consentimiento". No solo este episodio para el que aún no tiene respuesta, sino desde que apareció en la vida de Antonio David Flores, Olga "era la pieza fundamental para que esto se gestara y se siga gestando". Rotunda, señala: "Ella ha sido cómplice".
La imagen de desprotección y de mujer herida que está transmitiendo Olga Moreno desde su separación de Antonio David y desde que Lecturas destapara su relación con Marta Riesco no convence a Rocío Carrasco, y aporta razones de peso: "Otra mujer que está viendo que su marido está venga y venta y machacando, y obsesionada, y haciendo daño, y poniendo a los hijos en contra… (...) A ella le venía bien todo eso, porque todo era dinero y estatus socioeconómico, ella estaba encantada". Las siguientes palabras Carrasco las pronuncia con dolor, pues va a la herida que no se cierra, que sigue sangrando y que la supera. "Se ha hecho la madre de quién no es. Porque NO SON TUYOS, los dos son míos".
Exhibiendo la desesperación que le produce esta separación de sus hijos, ha culminado el mensaje que le ha dirigido a Olga con una frase desde las entrañas: "Espero que tu hija no pase ni una mínima parte de lo que tú le has hecho pasar a mis hijos y a mí. Eso no lo hace nadie que tenga un poco de vergüenza y humanidad. Eso no se hace".