Rocío Carrasco ha protagonizado un auténtico cambio de actitud en las últimas semanas. De vivir en un silencio constante, rodeada de cierto misterio y alejada de las cámaras, la hija de Rocío Jurado ha dado un paso al frente convocando ruedas de prensa, posando ante los medios y concediendo entrevistas que nunca antes hubiese podido imaginar. Todo ello, para promocionar el musical ‘Qué no daría yo por ser Rocío Jurado’, el cual ha creado junto a su marido, Fidel Albiac, y protagoniza Anabel Dueñas.
El pasado lunes 17 de febrero, Rocío volvió a conceder una extensa entrevista en el programa ‘La mañana de Andalucía’ en la que habló de todo lo relativo a la obra. La hija de Rocío Jurado no pudo evitar emocionarse al recordar a su madre. “La he tenido siempre igual de presente y la he sentido siempre a mi lado. Ella siempre está conmigo. Todos los días la necesito al cien por cien”, aseguraba.
Sin embargo, las palabras más bonitas se las dedicó a su marido, Fidel Albiac. La hija de Rocío Jurado se sometió a un cuestionario que la periodista Norma Wassaul hace a todos los invitados. Allí, no dudó en recalcar lo fácil que había sido trabajar con su pareja. “Facilísimo, yo volvería a repetir, me volvería a casar, volvería a conocerlo como lo conocí hace 20 años. Yo volvería a todo con Fidel”, ha asegurado.
Además, reconoció que durante el espectáculo no paraba ni un segundo a disfrutar de él y aprovechaba para comentar lo que sucedía sobre el escenario con Fidel. “No me siento ni un momento, voy y busco a Fidel como las locas para decirle: ‘¿Has visto esto, gordo?”, ha afirmado.
Eso sí, tras esto, no quiso hablar en ningún momento sobre el conflicto que mantiene con su hija, Rocío Flores. Carrasco se limitó a declarar que “hay heridas que no cierran” y se mostró muy contundente cuando le preguntaron si le habían quedado cosas en el tintero: “Todavía no me he despachado a gusto”.