"Este cinturón era de mi madre. Tiene mucha historia", Rocío Carrasco ha añadido a su estilismo de 'En el nombre de Rocío' un detalle muy especial para ella. La hija de la más grande siempre ha estado acompañada de algún elemento con el que sentir cerca a su madre. Y en una narración tan importante como esta continuación de 'Rocío, contar la verdad para seguir viva', no ha sido una excepción. En esta ocasión ha elevado su look claro con un cinturón que perteneció a Rocío Jurado y además era uno de los complementos de su armario que más cariño tenía.
Es imposible olvidar el traje de color fucsia con hombreras marcadas y pantalón fluido que Rocío Carrasco lució a lo largo de las grabaciones de la docuserie 'Rocío: contar la verdad para seguir viva'. Un estilismo que se convirtió en todo un emblema de la mujer empoderada. Un vestuario alegre que evocaba superación y renacimiento.
Teniendo en cuenta el revuelo que causó, era de esperar que el look que Rocío Carrasco eligiera para la segunda y esperadísima parte de la docuserie estuviera cuanto menos a la altura. De nuevo, no ha dejado nada al azar y la vemos ante las cámaras, segura y sobre todo, con la verdad por delante. Qué mejor que un look que desprenda esa idea de manera tan clara. Un dos piezas en tonos neutros compuesto por una camiseta de manga larga con escote corazón en color blanco y pantalón palazzo beige, sus favoritos.
Sin embargo, si prestamos un poco más de atención nos fijamos que en la cintura, Rocío luce un llamativo cinturón de color negro. Un complemento que además de crear un efecto reductor en su figura representa mucho más. El cinturón está coronado por un impresionante ave fénix dorado, el mismo pájaro que ella tiene tatuado en toda la espalda y refleja ese renacer de sus cenizas después de atravesar por los episodios más oscuros. Rocío Carrasco ha contado la carga emocional que tiene para ella: "Este cinturón era de mi madre. Tiene mucha historia, tiene mucho vivido se lo ponía mucho, le gustaba mucho".
Nos tenemos que remontar dos décadas atrás para recordar que Rocío Carrasco se hizo un tatuaje (una mariposa) en la espalda cuando conoció a Antonio David Flores, dibujo que tapó con el imponente ave fénix que ahora luce con orgullo. Una transformación para romper definitivamente con ese pasado que tanto dolor le ha causado.
Pero los guiños en su estilismo no se quedan ahí. El maquillaje también habla por sí solo. El único punto de color de este outfit lo vemos en sus ojos... Aunque recurre a un maquillaje muy natural, las sombras de color rosa nos evocan de manera inevitable a ese color fucsia que le acompañará siempre y que, de alguna manera, fue el símbolo del inicio de su nueva vida.