Rocío Carrasco no puede ocultar el dolor que siente al ser consciente de todo lo que ha hecho Antonio David para cumplir su venganza. El ex guardia civil ha conseguido arrebatarle a sus hijos y ha infundido terror allá por donde ha ido. En Rocío: contar la verdad para seguir viva, la hija de Rocío Jurado se ha propuesto tirar, una vez más, por tierra la imagen de buen padre que su exmarido se ha labrado durante años. La mujer de Fidel Albiac se ha cargado de fuerzas para lanzarle al excolaborador de 'Sálvame' el ataque más directo que le han hecho nunca y ha salido en defensa de sus hijos, especialmente de Rocío Flores.
"Un buen padre no juega con la salud de su hijo ni pone ahí públicamente a su hija sabiendo lo que hace. Este ser no ha tenido corazón ni conciencia, solo se importa él así mismo. No le importa nada, nadie, solo él y el dinero y hacer daño", ha soltado Rocío Carrasco a bocajarro.
La hija de la más grande quiere proteger a sus hijos a toda costa, algo que Antonio David no ha hecho durante los últimos años ya que lo que ha preferido hacer es beneficiarse económicamente de ellos y usarles a su antojo: "Si se tiene que llevar por delante la salud de su hijo se la lleva, si tiene que echar la imagen pública de su hija a los leones la echa y si tiene que poner a su hija en la puerta de su casa llorando porque dicen que ha sido supuestamente infiel a su mujer y diciendo mi familia está más unida la pone", ha seguido Rocío Carrasco sin dar crédito a todas las triquiñuelas que ha sido capaz de llevar a cabo el padre de sus hijos.
"Eso es Antonio David Flores, esa inmundicia de ser es Antonio David Flores", ha continuado.
Rocío Carrasco también ha hablado sobre la trayectoria televisiva de Antonio David. Hasta el pasado mes de marzo, el padre de Rocío y David Flores tenía una silla fija como colaborador de Sálvame. ¿Le dolía esto a la protagonista del documental? Cuando se llevaron a cabo las grabaciones de la docuserie, Carrasco afirmó que procuraba no ver el espacio presentador por Jorge Javier Vázquez: "Dolerme no es la palabra, procuro no verlo. Tengo que apartar la mirada, no me hace bien, es como echar sal".