Vestida como un caballero Jedi de 'La guerra de las galaxias', con la cabeza cubierta con una capucha blanca y una toga que tapaba su escultural cuerpazo, Rihanna hizo su aparición en el Palau Sant Jordi de Barcelona el jueves 21 de julio con nada menos que 45 minutos de retraso. El público enloqueció cuando hizo el camino que le habían abierto sus guadaespaldas hasta el escenario. Ella apareció divina, me cuentan que estuvo hasta 10 minutos antes de salir relajándose en una sauna, como si no tuviera a cuatro mil fans (puede que menos, ya que no agotó las entradas) esperándola con delirio.
Pero en cuanto entonó las primeras letras de la balada 'Stay' a todos se nos pasó el disgusto. Tocaba disfrutar del único concierto de la de Barbados en España, ¿qué son 45 minutitos de nada? Los retrasos, por cierto, son una constante en los conciertos de Rihanna en Barcelona: en 2011 salió media hora tarde y en 2013 batió el record apareciendo con una hora y media de retraso. Ya se sabe, caprichos de diva. Porque ella lo vale.
No fue muy de diva el concierto, por cierto. Al contrario, la puesta en escena estaba muy lejos de los shows de megaestrellas como Madonna, Lady Gaga o Beyoncé, que por cierto actuará en nuestro país el 3 de agosto. Estrellas a las que Riri puede mirar directamente a la cara, porque temazos y carisma no le faltan. Pero la cantante hizo un show donde el show, precisamente, brilló por su ausencia, con un escenario prácticamente vacío, orquesta, cuatro bailarines y un vestuario en plan 'normcore-apocalíptico' en blanco y colores tierra diseñado por Mel Ottenberg que incluía una capa negra de Armani Privé y zapatos del diseñador español Manolo Blahnick.
Así repasó con brío gran parte de su carrera y se centró en los tema de su último álbum, 'Anti', que a los fans nos ha separado como a las aguas del Mar Muerto. A un lado estamos los que pensamos que es una maravilla y que se nota que, por fin, RiRi ha podido hacer lo que le sale del ChiChi. Al otro, los que echan de menos temazos de discoteca como 'Umbrella' o 'Only Girl In The World'. Nunca llueve a gusto de todos, y ayer, estos últimos, se llevaron un buen chasco.
Los temazos que la hicieron una megaestrella que se puede permitir estar en una sauna antes de un concierto los tocó pasando de puntillas por ellos. Apenas unos acordes de 'Umbrella' en versión rockera, dos escasos minutos de 'Take Care' que supieron a poco, un esbozo de 'Love the Way You Lie (part II), la segunda canción del concierto, y un tramo final con los hits 'We Found Love' y 'Where Have You Been' que, también, sonaron poco porque son dos temazos que hay que disfrutar enteros. Los temas de 'Anti', en cambio, sí los cantó con dedicación. Sonó, claro ' 'Bitch Better Have My Money' y por allí andaba Sita Abellán, la modelo murciana que se ha hecho mundialmente famosa por salir en el vídeo y que le enseñó a decir 'el que no apoya no folla' en español, el típico brindis. Antes de cantarla, Riri gritó que solo se podían utilizar los móviles para hacerle fotografías a ella.
Tampoco se perdieron el concierto el nadador David Meca, Dani Alves y Joana Sanz y Martina Klein y Álex Corretja, que justo esta semana comunicaban que están esperando su primera hija en común.
Tras una hora y media justita de concierto, Rihanna dio el pescado por vendido y se fue en un coche que la había estado esperando a la puerta de la zona de camerinos y que estaba listo para salir volando en caso de emergencia. Me cuentan, también, que su equipo de seguridad estaba 'paranoico' por si había un atentado. Con ella se fueron sus 5 camiones de equipo. ¿Iría en alguno de ellos la famosa sauna?