La Conselleria de Justicia, Derechos y Memoria de la Generalitat ha levantado la sanción impuesta a Rosa Peral, condenada a 25 años por el asesinato de Pedro Rodríguez en el llamado 'crimen de la Guardia Urbana', por las entrevistas telefónicas que concedió hace unas semanas a varios medios de comunicación en los que se quejaba de su descontento por 'El cuerpo en llamas' y 'Las cintas de Rosa Peral'. Después de confesar su malestar con los proyectos de Netflix y revelar el sueldo que cobra por sus servicios en el centro penitenciario, la prisión de Tarragona confirmó que la protagonista del macabro crimen iba a ser castigada por haberse saltado las normas al aceptar las preguntas del programa radiofónico después de que el departamento correspondiente lo hubiera prohibido. Y es que Rosa contestó a la llamada de Ricard Ustrell y el programa la grabó.
¿Cuál fue la sanción que impusieron a Rosa? La propia Junta de Tratamiento de Mas Enric, la cárcel en la que está encerrada, tomó la decisión de castigar a la catalana restringiéndole las visitas presenciales porque su sobreexposición a los medios podría perjudicar a su proceso de reinserción, tal y como explicó 'El País'. De esta manera, la que fuera Guardia Urbana solo ha podido verse durante casi dos semanas con sus parientes de primer y segundo grado y relaciones afines, a pesar de que en un principio se dijo que sería durante al menos un mes. Estaban incluidas además las visitas en locutorio y los vis a vis. Eso sí, ya se advirtió de que este castigo también podría reducirse dependiendo de la evolución y del comportamiento de los días posteriores.
Después de saber que a la protagonista del caso no le ha hecho mucha gracia la lo que Úrsula Corberó dijo sobre cómo era el personaje basado en ella, la condenada además fue sancionada también con la restricción de sus llamadas a raíz del expediente que se le abrió por utilizar las comunicaciones que estaban previstas para sus familiares y amigos. Y es que Rosa utilizó estas conexiones para hablar con la prensa, algo que le habían prohibido expresamente. Esto coincidía también con las declaraciones de su abogada, Núria González, que denunció en 'Catalunya Ràdio' que Peral llevaba "tres días sin poder hablar con su familia directa" después de la limitación impuesta. Pero no solo eso, la letrada contó que su defendida está sufriendo un "registro muy intenso" en su celda, de donde le habían retirado objetos como auriculares y lápices de colores.