Después del verano se procederá a cumplir la voluntad del exministro socialista, Miguel Boyer, del que el 29 de septiembre se cumplirán dos años de su pérdida. La información se la ha dado Agustín, hermano de Miguel, a La Otra Crónica. Christian, el otro hermano del expolítico, ha sido el encargado de coordinar el inventario de sus bienes, por designación del difunto.
Agustín ha declarado que uno de los bienes de valor era la biblioteca: "era buena, aunque un poco especial. No le gustaban mucho las novelas; él solía coleccionar libros sobre física nuclear, una de sus grandes pasiones". También ha señalado que cuenta con "ejemplares únicos".
Sobre la colección de arte del empresario, Agustín ha corregido las informaciones en las que a Miguel Boyer se le adjudicaba un Sorolla. "El Sorolla lo tengo yo aquí en mi casa, porque me correspondió cuando repartimos la herencia de mi padre", ha dicho. Lo que se repartirá entonces será un busto de Mariano Benlliure del bisabuelo de Miguel Boyer, y un cuadro de su madre y la hermana de ésta, obra de Fernando Álvarez de Sotomayor.
También cabría esperar que sus herederos reciban el dinero que había amasado en vida el político socialista. "Mi hermano se llevó una millonaria indemnización tras su salida de FCC", ha contado Agustín.
Aunque lo que realmente suscita la polémica alrededor de la herencia es 'Villa Meona', domicilio del exministro y de Isabel Preysler. La propiedad situada en Puerta del Hierro está a nombre de Isabel, aunque el terreno en el que se construyó fue adquirido por su difunto marido tras vender un piso que tenía en la calle Velázquez. Miguel Boyer compró la parcela, de cinco mil metros cuadrados, a Fernando Fernández Tapias por unos 541.000 euros.
Parece que este verano les ha tocado el turno a los Boyer, pues quien también ha hablado ha sido Miguel, su primogénito, fruto de su matrimonio con Elena Arnedo. Y no lo ha hecho para decir cosas amables sobre él. Miguel Boyer Arnedo le ha dedicado unas duras palabras a su padre, a quien ha acusado de haber hecho "muchísimas cosas mal", entre ellas que "traicionó a su primera mujer". Es decir, su madre Elena. "A los que conocemos la realidad de esa persona nos toca estar oyendo siempre decir que era un superhombre, que todo lo hizo bien, que era listísimo, que era buenísimo, un hombre de familia". Sin embargo, su versión es otra: "Mi padre tenía una alta opinión de sí mismo. Aparte de lo que nos hizo a nosotros, se llevaba mal con sus hermanos, con sus sobrinos...".
Según cuenta el empresario, tras la muerte de su padre, Isabel Preysler le preguntó: "¿Has visto lo bien que le ponen en la prensa?". "Yo hacía ya mucho tiempo que no me creía nada de mi padre", confiesa con rencor, después de la vida tan condicionada que ha llevado a la sombra de su progenitor.