Desde que aterrizase en la familia real allá por 2003, la reina Letizia ha ido creando su propio joyero a imagen y semejanza. Las piezas de pasar como tiaras, gargantillas, pulseras... conviven a la perfección con otras joyas al alcance de todos y de gran valor sentimental para ella como el anillo bañado en oro de Karen Hallam, regalo de don Felipe, o los pendientes de oro que comparte con la princesa Leonor.
Sin embargo, entre tanto oro y brillantes hay piezas que la reina Letizia se resiste a volver a utilizar. Nuria Tiburcio ha informado en Vanitatis que la mujer de Felipe VI llevaría más de 1 año sin lucir los pendientes que don Juan Carlos y doña Sofía le regalaron unos días antes de su boda y que ella estrenó en ese día tan especial.
Se trata de dos aretes de platino con seis diamantes engarzados cuyo origen y precio es todo un misterio. La Reina Letizia solía reservar este par de pendientes para ocasiones especiales dada su importancia -la última vez que los vimos fue durante la jornada de audiencias de los Premios Princesa de Asturias 2019-.
Al parecer, la razón por la que la Reina ha preferido colocar estas piezas al fondo de su joyero no es otro que el escándalo que envuelve al rey Juan Carlos desde hace meses. Quizás, según remarca Tiburcio, su intención es desligarse completamente de todo lo que le pueda relacionar con el emérito en estos momentos tan delicados para la Corona.
Hay que echar la vista varios años atrás para recordar como también se desprendió de su anillo de compromiso en el momento en que salió a la luz que fue adquirido por Iñaki Urdangarin a través de la cuenta bancaria de Nòos.