Los Reyes han tenido este martes audiencia en Zarzuela, donde han recibido a las Juntas Directivas de las Academias Europea y Española de Dermatología y Venereología, con motivo de celebrarse su 28º reunión anual en Madrid, y como ya es habitual Letizia se ha convertido en el centro de todas las miradas en la cita.
La esposa de Felipe VI ha sacado del armario su vestido animal print de Massimo Dutti y uno de sus zapatos favoritos de Carolina Herrera pero no han sido estos los detalles de su look que más han llamado la atención. Lo que más ha gustado de la reina es que ha vuelto a enseñar su melena más terrenal llena de pelitos blancos.
Letizia abraza la normalidad de sus canas que de cuando en cuando se dejan ver en el nacimiento de su frondosa melena castaña con total naturalidad, y hay una razón para ello. Al parecer, doña Letizia intenta huir de los tintes permanentes y prefiere cuidar su cabello con baños de color que con el paso de los días van desapareciendo y, claro, su apretada agenda no le permite pasar por el salón de peluquería todo lo que su melena y la genética le demandan.
Pero no es este el único detalle que hace ver que Letizia es una mujer de ideas firmes y claras. Así, si en la ropa se deja un poco llevar, no ocurre así ni con su pelo ni con los complementos, donde no suele arriesgar ni lo más mínimo. Así, la reina sigue sin quitarse el anillo dorado de Karem Hallam que estrenó la pasada primavera.
A pesar de no llevar nunca anillos, ni siquiera sus alianzas de compromiso y casada, ya que le molestan en los continuos apretones que tiene que dar por su trabajo, la reina se ha vuelto adicta a esta sortija que luce en todos y cada uno de sus looks, pero ¿por qué? Al parecer a la madre de la princesa Leonor le encanta el efecto que crea en sus dedos, que alarga y estiliza.