Silvia Abascal ha echado la vista atrás cuando ya está en su octavo mes de embarazo y le queda prácticamente nada y menos para acunar entre sus brazos a su primer hijo. Lo ha hecho recordando un precioso momento vivido al lado de su hermana, de cuando aún estaba de 4 meses y la barriguita empezaba a despuntar.
“tbt De cuando eran 4 meses… supervisados por la más mágica y sabia de las matronas”. Se refiere a Natalia, que también es actriz como ella y, recientemente, ha sido una de las protagonistas de Cáscaras Vacías, que se pudo ver en el teatro María Guerrero. Algo que llenó de orgullo y alegría a la intérprete de ‘El Comisario’, “para las personas con discapacidades físicas o mentales son mínimas las oportunidades de trabajar en el teatro a nivel profesional, haciendo sus temporadas, sus giras, sus bolos”, y Natalia lo consiguió, emocionando así a toda el público que tuvo el privilegio de verla sobre las tablas.
La relación que une a estas dos hermanas es muy especial, Natalia, que es mayor que Silvia (ella es la mediana), es un pilar fundamental en el que se sustenta su vida. Además de ellas dos, un chico compone la triada de los hermanos Abascal, una unión estrechísima que seguro se vio sacudida cuando, hace unos años, la futura madre fue víctima de un ictus cerebral que pudo haber acabado con su vida. A pesar de que tuvo una recuperación larga y difícil (batalló contra una hipersensibilidad auditiva que le complicaba su reincorporación a la normalidad), Silvia ha sabido sobreponerse a todos los impedimentos que la vida le ha puesto delante y, ahora, a punto de convertirse en madre al lado de su pareja, Xabier Murua, la intérprete recibe más cariño que nunca por parte de los suyos.