Desde que Raquel del Rosario se vio con fuerzas para hacer pública su historia no se habla de otra cosa. Su hijo Mael, de cinco años, fue atacado por un puma en el jardín de su casa en California, un hecho aterrador que podría haberle costado la vida al pequeño y del que la artista le salvó "a puñetazos". Con el susto todavía en el cuerpo, Raquel narró con todo lujo de detalles el suceso que le ha cambiado la vida de manera irremediable: "Unos milímetros más y no lo hubiese logrado", escribía.
La revolución entorno al caso ha sido máxima y desde entonces Raquel no ha dejado de recibir mensajes de apoyo resaltando su valentía. "Gracias por todo el amor", agradecía la intérprete de 'El Sueño de Morfeo', intervención que aprovechó para dar más detalles de lo sucedido y hablar del proceso de recuperación de su hijo pequeño.
Raquel del Rosario ha querido dejar claro que los pumas forman parte de la fauna salvaje de California aunque no es común que se adentren en zonas residenciales. El animal que atacó a Mael apenas era un cachorro: "Tenía un año y comenzaba a independizarse de su madre", contaba. Pero, ¿qué le pasó realmente al pequeño de cinco años?
La canaria ha relatado que su hijo tuvo que ser sometido a una cirugía plástica en la zona entre la barbilla y el cuello porque "quedó desgarrada". Una zona un tanto delicada al estar tan próxima a la garganta. Además, Mael "necesitó puntos de sutura en frente y varias zonas de la cabeza" aunque, afortunadamente, las heridas en brazos y espalda fueron superficiales.
A pesar de lo sucedido, Raquel no busca a ningún culpable: "La culpa no la tiene nadie. Lo que ha de sucedernos, sucederá (...) porque la vida se vale de experiencias".
La casualidad ha querido que la cantante se haya mudado junto a su marido y sus dos hijos unas semanas después del terrible suceso: "La decisión de mudarnos no ha sido a raíz de lo ocurrido, la tomamos hace meses. Cuando sucedió el incidente terminábamos de tramitar la venta de la casa", ha querido aclarar. Una nueva etapa en California comienza para Mael y el resto de la familia.