Raquel Morillas (GH) supera sus problemas junto a su nueva pareja

La exconcursante de 'Gran Hermano' lleva saliendo cuatro meses con Noah, una profesora de pilates con la que está ya pensando en casarse

Estos últimos cuatro meses han sido los más excitantes que Raquel Morillas ha vivido en muchos años. La exconcursante de 'Gran Hermano' ponía fin a su breve segundo matrimonio e iniciaba una relación con Noah Soriano, una profesora de pilates con la que está muy ilusionada y con la que no descarta volver a pasar por el altar para darse el 'sí, quiero'.

Noah le ha dado alas para hacer frente a sus problemas y dificultades. Su complicada situación económica, derivada de su adicción al juego, se ha visto agravada por la inestabilidad laboral, sobre todo, después de quedarse en paro durante el verano pasado.

Fue precisamente este bache profesional lo que provocó que se hiciera más intensa su comunicación después de ocho años sin hablarse ni saber nada la una de la otra. Y es que su historia arranca con 'GH', tal como ha contado Noah en la publicación de Youtube donde Noemí la ha presentado oficialmente como su novia. "La primera vez que te vi fue hace 17 años, en GH, y me gustaba que discutieras, me divertía mucho. No me gustaban las mujeres, pero contigo era especial", contaba la 'coach' deportiva.

Pasaron años hasta que se encontraron en un chat, donde entablaron conversación y, tiempo después, Morillas se animó a ir a conocerla. "Me dio un chungo al ver a la cosa más bonita", explica Noah. A pesar de vivir unos días juntas "muy intensos", aseguran que entre ellas "no pasó nada", pues Raquel estaba empezando a salir con la mujer que sustituyó a Noemí Ungría en su corazón. Sin embargo, Soriano recuerda que, "cuando nos despedimos, nos dimos un abrazo y entonces me cogiste la cara y me diste un pico".

Lejos de avanzar en su tensión sexual no resuelta, dejaron de tener contacto por Raquel. "Un día me crucé, me enfadé de la noche a la mañana y no sé aún por qué", cuenta la ex Gran Hermana.

Hace dos años, volvieron a entrar en contacto, pues Raquel le facilitó su nuevo número de teléfono, pero sin voluntad de flirteo por ninguna de las partes. Raquel se casaba y confesaba estar arruinada debido a su ludopatía. Por su parte, a Noah también le pasó de todo, pero decidió esperar al objeto de su amor. "Yo les decía a mis amigos que, aunque tuviera ochenta años, la seguiría esperando, y decidí no tener ninguna relación con nadie", declara enamorada.

No fue hasta julio que su relación se hizo más estrecha por mensaje y Morillas al final decidió correr un riesgo. "Yo estaba casada, pero la conversación subió de temperatura, decidí separarme. Dejé mi vida en Barcelona y me vine a Santa Pola, donde empezamos a vivir juntas de golpe y porrazo hace cuatro meses", resume la excolaboradora televisiva.

Raquel no puede estar más contenta con el paso que dio por Noah de quien dice: "Nadie me había querido tan bien en la vida". Además, su familia la ha aceptado "de maravilla" y adora a sus suegros.