Raquel Meroño se pronuncia, por primera vez, desde el anuncio de su separación

La actriz y empresaria, tras llevar 10 años unida a Santi Carbones, ha puesto fin a su matrimonio

Hace un par de semanas os contábamos la complicada situación con la que estaba lidiando Raquel Meroño, a quien estando en pleno proceso de separación del padre de sus dos hijas, Santiago Carbones, se le unían los estragos que el temporal había hecho en su negocio en Tarifa. Hoy, por primera vez desde que se conoció la ruptura, se ha pronunciado.

Lo primero que hacía era dar una mala noticia, su chiringuito playero, uno de los refugios preferidos por nuestros famosos en la Costa de la Luz, no podrá abrir sus puertas de cara a Semana Santa, cuando arranca la temporada alta para muchos de estos negocios, con la grandes pérdidas que esto implica. “Se ha intentado pero no ha podido ser @carbones13tarifa no abrirá en Semana Santa porque el temporal Emma nos ha vuelto a poner a prueba. ACEPTACIÓN y a seguir adelante con fuerza, amor y vuestros mensajes de ánimo que os agradezco de corazón”. Entre tanta angustia, un rayo de alegría: ella y Santi continúan manteniendo una relación maravillosa basada en la amistad que les une desde hace más de una década.

“Estoy trabajando mano a mano con @santicarbones el padre de mis hijas , mi socio y el que pese a nuestra nueva situación siempre será mi FAMILIA”, afirma rotunda.

A pesar que un proceso de separación no es fácil para nadie, ellos lo están llevando de una manera fabulosa. Tienen muchos proyectos que les vincularán para siempre, pero, el mayor de todos, es la felicidad de sus dos hijas Martina y Daniela. “Volveremos a construir el pequeño oasis que hicimos para lo que más nos importa Martina & Daniela y seguiremos haciendo el buen equipo de siempre para criarlas con el respeto y la dedicación que los niños se merecen. Para todo esto no necesitamos abogados (según estoy leyendo en algunos sitios) estamos liados con las compañías de seguros… eso sí.” De la manera más amistosa han puesto fin a su unión matrimonial, pero no personal. Haciéndolo de este modo es la única manera de conseguir aquello que Meroño desea con toda su alma “que todo salga bien”. Y también la reconstrucción de su chiringuito playero.