Hace exactamente un año, Rafael Amargo fue detenido de manera inesperada y la Policía Nacional registró hasta el último rincón de su casa tras ser acusado por un supuesto delito de tráfico de drogas y pertenencia a una banda criminal. "Mi casa es una casa donde hay mucha alegría, donde hay muchos artistas y donde se reúne gente. ¿Yo? ¿Qué trapicheo? Soy un tío que me gusta la fiesta, que me gusta divertirme porque me gusta celebrar", aseguraba el artista en el 2020 sin saber todo lo que se le venía encima. A pesar de que ha continuado con sus múltiples proyectos profesionales, Amargo se enfrenta a un duro proceso judicial por delante.
La Fiscalía ha pedido nueve años de cárcel para Rafael Amargo ya que le considera autor continuado de un delito contra la salud pública. Tal y como se ha podido saber, el director de Yerma vendió drogas en su propio domicilio: "Entre abril y diciembre del 2020, se venían dedicando de manera concertada y persistente a la distribución de sustancias estupefacientes, entre otras metanfetamina, a terceras personas a cambio de dinero".
Pero no solo Rafael Amargo se enfrenta a casi una década entre rejas, Eduardo de los Santos, su cómplice, también ha recibido la misma pena que él al igual que Manuel Ángel Batista, su mano derecha y al que le pueden caer hasta seis años de prisión: "Se valía de su hombre de confianza a sabiendas de lo que portaba y después de hacer la entrega correspondiente regresaba al domicilio para entregarle el dinero obtenido con la venta".
Sin embargo, Luciana Bongianino, pareja de Rafael Amargo, ha sido absuelta de la pena por la Fiscalía mientras que para el juez del caso también era una posible autora de todos los delitos que están cayendo sobre el bailarín y sus compinches.