Lo que hasta hace poco parecía una casualidad remota, este sábado ha acabado ocurriendo dos veces. Los reyes eméritos, Juan Carlos y Sofía, han asistido juntos a dos actos en un mismo día. Circunstancias que se pierden en la memoria y en la hemeroteca para comprobar desde cuánto hace que no ocurría, sobre todo, desde la abdicación en su hijo Felipe VI.
Los monarcas han asistido al Madrid Arena en la tarde de este sábado para animar a Rafa Nadal. Su tono no podía ser más relajado y animado, y han protagonizados muestras de una gran complicidad desde el palco en el que no perdían detalle de lo que pasaba en la tierra batida entre el manacorí y Tsitsipas. Nadal acabó perdiendo, ensombreciendo la agradable tarde de tenis que se habían propuesto a disfrutar los eméritos.
Una actividad que ya arrancaba agridulce para ellos, puesto que, esa misma mañana, habían acudido juntos al Congreso de los Diputados, para despedirse de Alfredo Pérez Rubalcaba, que falleció este viernes a los 67 años a consecuencia de un ictus, y para arropar en lo posible a Pilar Goya, viuda del político.
A pesar de las circunstancias, a doña Sofía y a don Juan Carlos se les vio felices de poder disfrutar juntos de uno de sus deportes favoritos y, cómo no, del juego de Rafa Nadal, con quien conservan una estrecha amistad.
A los reyes se les vio animados, compartiendo confidencias y risas. Una imagen muy alejada a las tensiones que se vinieron dando dentro de la familia real justo hace un año.
La de ayer, a excepción del funeral de Rubalcaba, fue una jornada muy deportiva para la casa real española. Mientras los eméritos estuvieron en el Madrid Arena, la reina Letizia se trasladó hasta el Nuevo Estadio de Los Cármenes, en Granada para presidir la final de la Copa de la Reina de fútbol femenino. Por esta razón, tuvo que sacrificar estar con su abuela, Menchu Álvarez, quien a la misma hora recibía un homenaje por toda su trayectoria.