La noticia de su romance llegaba en forma de fotografía en analógico. Una escapada a la playa en la que Lorena Castell, que se ha convertido en una de las finalistas de la edición séptima de ‘MasterChef Celebrity’, besaba a su nuevo amor, Rubén Bernal. La primera relación que la presentadora ha querido confirmar y presentar vía redes sociales, tras romper con el padre de su hijo. Lorena está enamorada y no teme mostrar a todo el mundo lo feliz que es al lado de este actor.
Juntos han vivido viajes al mar, a la nieve… Las montañas les han visto besarse; las islas, abrazarse. Lorena Castell está muy ilusionada y con esa intensidad tan suya, vive este romance con el que ha calificado como “el mejor compañero de aventuras”. Recientemente, la pareja ha viajado mochila al hombro por la India, recorriendo en moto algunos de los enclaves más especiales del país.
El curriculum de Lorena Castell es de sobra conocido. Comunicadora gamberra donde las haya, ha hecho radio y tele; y ahora además triunfa sacando su lado más ‘vedette’ en la fiesta Bingo para señoras, que lleva años haciendo en Madrid, aunque ahora la ha llevado un paso más allá y lo ha convertido en un evento mucho más multitudinario. Quizás a su pareja cueste más ubicarlo aunque tiene uno de esos rostros que te hacen exclamar, ‘te conozco, pero no sé de donde’. Te saco de dudas. Rubén Bernal encarnó a Saúl, uno de los protagonistas de ‘El Secreto de Puente Viejo’. Al igual de su chica, es un apasionado por el baile y las actividades que hacen segregar adrenalina, en el caso de Lorena es el aceptar absolutamente cualquier reto que le propongan desde ‘Zapeando’ y en el de Rubén, el motocross.
“Tengo 41 años y siento todo el rato ese gusanillo en el estómago. Vuelvo a tener la edad del pavo”, reconocía a Mamen Medizaval, en ‘Encuentros inesperados’, donde admitía estar muy ilusionada con esta relación que apenas comenzaba.
Las otras relaciones de Lorena Castell
“He estado muchísimo tiempo sin pareja”, le dijo a la periodista en La Sexta. Desde que rompió con el padre de su hijo, el empresario nocturno Eduardo Dabán, Lorena Castell se había centrado en ella, en el pequeño y en el trabajo. No había dejado sitio para el amor, pero deseaba volver a experimentar las mariposas revolviendo todo su cuerpo.
Antes de Rubén, Lorena había tenido dos relaciones importantes una con el artista gaditano Juanito Makandé, con el que llegó a casarse. Su matrimonio duró dos años y después conoció al que se convertiría en el padre de Río, su único hijo. Al lado de Eduardo compartió aficiones y también negocios, juntos montaron un bar, donde se llevaba a cabo la versión pionera de su Bingo para señoras. La pareja rompió al año de haber nacido el pequeño.
Ahora dos años después, tenemos a una Lorena Castell feliz, que disfruta la vida en soltería y también en una relación. Que entiende que tu pareja te complementa y no te completa, y está claro que ella y Rubén lo logran a la perfección.