El alma de Miriam Rodríguez, la leona de OT 2017, es puramente artística. Necesita cantar, componer e interpretar lo mismo que necesita respirar, beber y comer. Le nace. Quizás este impulso creador fue lo que la llevó a plantarse en Madrid en 2017, meses antes de que la vida le diera un vuelco, dispuesta a comerse la capital a base de castings, llamar a las puertas correctas y pasear su book de fotos.
Se fue, como quien dice, sin nada. Su talento pronto la hizo merecedora de la ‘representación’ de una de las mejores agentes del país, Ruth Franco, que en su día también trabajó con Macarena García y Javi Ambrossi. Bajo su ala, recorrió algunas pruebas en busca de su gran oportunidad como actriz. Quería hacerse un hueco en una industria que no tenía sitio para ella, “aunque los castings no se me daban mal, a mí no me conocían en ningún sitio. No era una cara conocida”, confesó a sus profesores de interpretación en la Academia de OT. Ellos sabían que Miriam era diferente al resto, que ella no solo era cantante, sino intérprete. De ahí que sobresaliera en las improvisaciones y que fuera toda emoción en el escenario.
El sueño de la joven que llega a la capital a triunfar no está completo sin el detalle de un trabajo que te paga las facturas pero te hace sentir miserable. Ella también lo tuvo. Y, de nuevo, aunque no le motivase, también sobresalió. Su empleo en una tienda de ropa no le dejaba tiempo para crear, para respirar, por eso decidió parar en seco y regresar a donde ella es realmente feliz, su Galicia. Necesitaba apartarse del lugar que la consumía, ese que creyó que la haría grande. Pero antes de eso, hizo un último casting. Una prueba en la que sus acento era todo un plus. Una prueba para ‘Fariña’.
Y, si lo hilas todo, descubres que en la historia de la ‘Leona’ todo estaba diseñado para que acariciara el éxito. Tenía que triunfar sí o sí, no había otra opción. Si no hubiera sido con ‘OT’, habría podido hacerlo con la serie basada en el Pablo Escobar galego, esa que tan buenos datos de audiencia ha reportado a Antena 3 y está concebida para hacer historia. Como la propia Miriam.
El casting de la serie no salió, el del talent, sí. Y salió tan bien que se convirtió en la tercera finalista del programa. Fue entonces cuando todo el país descubrió en ella eso que supo reconocer de inmediato su primera representante. Y nunca más fue una cara desconocida.