“Gracias, gracias por venir", fueron las únicas palabras, casi inaudibles, de Zeus Tous a su entrada en la Iglesia de Nuestra Señora de la Concepción donde se celebró ayer, a las 20:30, el Funeral por su madre, Sara Montiel, Saritísima. Mientras, su hermana Thais, incapaz quizás de hacer frente al tumulto de curiosos, cámaras y focos que se agolpaban a la puerta principal del templo, entraba a escondidas por la sacristía para no ser vista. Y, sobre todo, para evitar incómodas preguntas.
Durante los últimos días, la memoria de esta actriz de leyenda, inolvidable protagonista de 'Veracruz', 'El último cuplé' o 'La violetera' ha sido enturbiada por la polémica. Una posible mala relación entre ella y sus hijos, que estos no aparezcan en el testamento de la estrella como herederos universales o que, incluso, una vez abierta su última voluntad, no haya nada salvo deudas que repartir, han sido algunas de las noticias, rumores o no, a las que ni Thais ni Zeus ayer quisieron hacer frente.
Marujita Díaz: "¿Que no tenía para comer? ¡Qué vergüenza!"
“Que la dejen descansar en paz. ¡Ya está bien de mentir! ¡Ya está bien! ¿Cómo va a estar arruinada? ¿Cómo iba a estar así, con esas joyas que no tiene nadie? ¡Nadie! Con que hubiera empeñado una, ya habría tenido un dineral… ¿Que no tenía para comer? 'Qué vergüenza!”, su amiga Marujita Díaz llegaba en un taxi y arremolinaba en torno a sí y a su llamativo tocado de plumas y estampado animal a fotógrafos y a fans. Visiblemente emocionada, sujetándose en un joven y en una garrota, la cantante de 'Banderita' negaba tras sus amplias gafas ahumadas desavenencias entre Sara y sus hijos. “Ella exigía mucho a los chiquillos, lo que cualquier madre a sus hijos. Que los adoraba. Y ellos a Sara. Tenía las discusiones normales con la juventud… Yo le decía: ‘Déjalos, mujer… Que son mu’ jóvenes’. Pero ella quería que se labraran un porvenir”. Y sentenció que esta situación le duele. “Estoy rebelada contra ella. Triste y de muy mala leche”.
José Manuel Parada: "No sé quién se ha podido inventar que a Sara la encerraban"
“Marujita está muy afectada porque tenía un proyecto con Sara”, así defendía José Manuel Parada a Marujita Díaz de aquellos que acusaban a la ex de Espartaco Santoni de “teatrera” y “oportunista”. Es más, contó que ambos estuvieron en casa de Sara casi en el mismo momento en que Sara espiraba su último aliento. “Me llamaron a primera hora. Que Sara no se encontraba bien. Avisé a Marujita y nos fuimos para su casa. Cuando llegamos, que más de improviso no puede ser, Sara acababa de morir. Y la casa, al contrario de lo que han dicho, estaba estupenda, ordenada, y organizada, como ella siempre la tenía. Con una decoración muy recargada porque a ella le encantaba, pero limpísima. Ojalá tuviera yo la casa tan limpia como la de Sara. Y un auténtico museo”, dijo el periodista que explicó que el proyecto de ambos mitos del cine de los 50 era convertirse en reinas del próximo Orgullo Gay.
Sobre la posible mala relación de la diva manchega y sus hijos, Parada advirtió. “¿Y qué familia no tiene problemas? La de Sara también tendría sus cosas, como la de cualquier familia normal y corriente. Sus riñas, sus discusiones, sus paces… No sé quién se ha podido inventar que a Sara la encerraban en una habitación. ¡Menuda era ella para aguantarse! Pero ¿quién se puede creer eso de la Montiel? Sara habría metido dos 'guantás' a quien fuera. Aparte, ni Thais ni Zeus serían capaces de algo semejante”.
Pablo Sebastián: “La nevera de Sara Montiel siempre estaba llena. De ruina, nada”
Según el ex pianista de Parada, Pablo Sebastián, quien sí se encerraba en la habitación era Thais, pero “como una chica normal de su edad. Se metía en su habitación porque ya tenía edad de estar encerrada, pero en su propia casa. Sin embargo, estaba acá, con su madre y a ver… Llegábamos los amigos, nos poníamos a ver películas y a hablar hasta las 8 de la mañana y ella se tenía que ir”. Sebastián se había convertido en los últimos tiempos en uno de lo habituales en el salón de la artista y aunque asegura no saber nada sobre la situación económica de Sara considera que “de ruina nada. Me mandaba a la nevera a por agua para tomar sus pastillas y yo me cogía una Fanta. Porque había de todo. Esa nevera estaba llena: plátanos, yogures, pollo, kilos de helado… Y yo he estado muchas horas en esa casa y nunca he visto que desapareciera nada”. Una afirmación que ratificaba Ana, la mujer que durante 15 años, ha estado cuidando y ayudando en casa a la que fue la actriz mejor pagada de este país. “Que yo sepa no estaba arruinada. Todo lo que se está diciendo son muchas mentiras”.
Ella, como Zeus, vivió uno de los momentos más agobiantes a la entrada del funeral dado que atestiguan que la empleada del hogar fue vista hace muy pocos días merendando con Giancarlo Viola, el actor italiano con el que Sara estuvo intermitentemente enamorada y que en el entierro se mostró desconsolado sobre el féretro de la protagonista de 'Yuma', que se presumía que quizás acudiera a algún plató de televisión y por descontado, al funeral. Sin embargo, no fue así: Giancarlo Viola no acudió al funeral de Sara Montiel.
Quienes sí acudieron al último adiós a Sara fueron modelos como Juncal Rivero, cantantes como Marián Conde o Charo Reina, actrices como Anabel Alonso, Marta Berenguer o Rosa Valenty, que comentó que acudía al funeral “por sí misma y como representante del Bingo Las Vegas, al que era muy aficionada Sara”, o amigas personales como Alaska que, sin Mario Vaquerizo y con un entallado vestido negro de punto sin escote, aportaba su visión sobre el circo mediático. “Toda esta polémica solo se puede generar alrededor de una estrella y Sara, ¡Sara era la mayor estrella de todas!”.
Bibiana Fernández y Loles León: "Habrá un momento en que nos moriremos y estaría muy bien que se acordaran de nosotras"
Bibiana Fernández y Loles León tenían otra forma de ver las cosas. Como en su última obra de teatro juntas, 'La Gran Depresión', las actrices hicieron su personal homenaje a la mayor de las divas con tan solo una pregunta: “¿Qué os parece todo lo que está ocurriendo tras la muerte de Sara?” y un micrófono a milímetros de sus labios:
Bibiana: ¡No nos vamos poder ni morir!
Loles: ¡Qué va! ¡Ni eso!
Bibiana: Si después de muertas, encima, ¡te vapulean!
Loles: Nosotras hemos pedido no morirnos hasta que no se acaben los programas estos que te ponen fatal. No hace ni una semana que Sara se ha muerto e, hijo mío, es tremendo… ¡Ya la han puesto fina a la pobre!
Bibiana: Cuando se es mayor, cuando no se trabaja, a lo mejor no tienes dinero físico, pero Sara tenía mucho dinero en viviendas porque durante muchos años trabajó mucho. ¿Sabes lo que te digo? ¡Que no se ha hecho justicia con la figura de esta mujer!
Loles: No se ha hecho, ¡no!
Bibiana: Así que aquí estamos, básicamente por sus hijos, porque ella ya no nos necesita.
Loles: A ella, que estemos aquí ya le da igual. Estamos por sus hijos y por hacerle un homenaje a Sara.
Bibiana: Habrá un momento en que nos moriremos y estaría muy bien que se acordaran de nosotras.
Loles: Que todo el mundo tome conciencia de que hay que homenajearla
Bibiana: Que tuvo una carrera importantísima.
Loles: Muy importante.
Bibiana: Y eso que ya no es el tiempo el que te pone en tu lugar, es el Museo de Cera. Es el verdadero tribunal. Tienes dos multas de tráfico y te quitan del museo. No hay justicia mayor ni más rápida.
Loles: Y nosotras, ese problema, no lo tenemos porque no estamos. No queremos museo de cera.
Según Rupert, él la peinó por última vez
Pero Sara sigue estando en el Museo de Cera madrileño. En el Museo y en el cielo. Rupert lo asegura. La peinó por última vez. De hecho, sus últimas fotos se las hizo en su salón. “Con mi móvil. Y no hablábamos ni de herencias, ni de testamentos, ni de joyas, ni de hombres siquiera… Bueno, de hombres sí. De Cary Cooper, de Brando… Y de María Félix… Y hasta de Dios. De Dios hablamos mucho. ¿Me decía: me vas a santurronear a estas alturas? Y santa no sé si era, pero divina, sí. Divina era”.