Desde que es padre, a Miguel Bosé le ha cambiado la vida. No solo porque cuatro niños en casa es como vivir un terremoto a diario, sino también porque ahora el cantante ve la vida a través de los ojos de sus hijos. No hay viaje que no se acuerde de ellos y, siempre que le es posible, les lleva algún regalo. Con las edades de sus hijos (Diego y Tadeo tienen seis años y Telmo e Ivo tienen cinco) lo más lógico es que les compre juguetes, pero Miguel se preocupa también de cultivar su espíritu y fomentar su creatividad.
Miguel Bosé ha realizado un viaje fugaz a Boston haciendo un paréntesis en su gira musical 'Estaré'. El motivo: entregar la beca que lleva su nombre y que, auspiciada por la Fundación Latin Grammy, se concede a un estudiante de música con pocas posibilidades económicas para que pueda cursar los estudios superiores en la prestigiosa Escuela Berklee. El comité de becas de la fundación otorgó la beca de estudios al joven dominicano Ernesto Núñez, de 22 años, y fue el propio Miguel quien le entregó el diploma y los 200.000 dólares de dotación.
Antes de regresar a casa, sin embargo, Miguel pasó por la tienda de la Escuela de Música Berklee y adquirió varios regalos para sus hijos: libros de música. El cantante, que en una ocasión comentó que no quería que sus hijos se dedicaran a la música para que no se murieran de hambre, ha tenido que rendirse a la evidencia. A los peques les gusta la música y, en especial, a Tadeo, quien el pasado fin de semana ofreció su primer concierto de piano. La vena artística de los Bosé, está claro, no se acaba.