Como dice el refrán: Dios los cría y ellos se juntan. Poco importa que a Tamara Falcó y a Miri de MasterChef les separen unos cuantos añitos, pues las dos parecen ser fruto del mismo árbol: chispeantes, naturales, monísimas, cándidas, y por qué no reconocerlo, con una buena dosis de pijerío. Cuando vimos a las dos fundirse en un abrazo en el último programa del talent culinario nadie en la audiencia se sorprendió un ápice. Tenía lógica.
A grito de “Tamy” y “Miri”, las dos amigas se reencontraban en el lugar más insospechado de todos: las cocinas del programa. La bloguera tenía que elaborar uno de los postres que, instantes después, degustaría su amiga como invitada a un evento celebrado en la Mercedes Benz Fashion Week.
Miri reconocía que las dos son amigas desde hace tiempo. La hija de Isabel Preysler descubrió sus recetas y sus platos saludables en Instagram, donde la otra, antes de entrar al programa, colgaba todas sus deliciosas creaciones. Así, a través de las redes redes, empezaron una amistad, que alcanzó su punto álgido cunado Falcó la invitó a su casa, y la concursante pidió pasar toda la mañana al lado de los cocineros que trabajan en casa de Tamara (y de Isabel, por tanto). Al lado de estos aprendió muchos trucos que ha ido poniéndolos en practica a lo largo de estas semanas en el concurso más exigente de la televisión.
Anoche, ante el televisor, ver colisionar el mundo de Miri y de ‘Tamy’ supuso comprender que ambas vivían en el mismo. Y quién sabe, ¿se convertirá la bloguer tras MasterChef en la nueva responsable de lo que se coma en casa de Preysler?