¿Qué ha hecho que Terelu se marche de GH VIP con mal sabor de boca?

En una complicada cena con su madre, María Teresa Campos, en la que Toño ejerció de camarero

¿Qué ha hecho que Terelu se marche de GH VIP con mal sabor de boca?

Ayer acabó la visita de Terelu a la casa de GH VIP y todos estamos un poquito más tristes. La ‘coach’ de cocina ha dejado a sus alumnos un montón de recetas para que no pasen hambre en el concurso, pero ella se ha marchado con un sabor amargo del reality…

Los colaboradores del Debate, en tono de sorna, le preguntaron a la presentadora qué tal había encontrado el bizcocho, uno de los postres que los concursantes prepararon para aprobar la prueba semanal. Ella, que ya sabía por dónde iban los tiros, paró la broma. La Campos empieza a estar hasta el cardado de los chascarrillos en torno a su apetito y su paladar goloso. ¡Ya nos dejó claro en el especial de Navidad de ‘Las Campos’ que no era nada “dulcera”! Qué manía tiene la gente con encasquetarle adjetivos que ella nunca ha hecho por ganarse… Estos chistes molestaron especialmente a la hermana mayor de Carmen Borrego, que no deja de repetir lo a gusto que ha estado durante su estancia en el concurso de convivencia.

Quizás los momentos de mayor tensión los vivió al lado de Toño Sanchís. El mánager se quedó blanco al ver a su exrepresentada entrar en la casa, tal y como la malagueña lo definió “parecía que había visto al coco”. Por algún motivo (imaginamos que por el pasado laboral y personal que comparten) Sanchís estaba incómodo al tener a Terelu como jefa de cocinas. Y ayer, durante la cena que él sirvió a la colaboradora y a su madre, María Teresa Campos, se lo hizo saber. “Cuando vino, yo no daba crédito”, “No, si ya me dí cuenta”. “Me pregunté, ¿qué hace aquí esta ‘coach’? Y pensé, le están pagando mucho porque no lo entendía muy bien”. Sanchís tocaba en hueso al hacer este afirmación, puesto que su interlocutora le respondía lo siguiente, “hay cosas que no son cuestión de dinero. Y otras que sí… y esas son las que hay que arreglar”. En la cena de anoche, los cuchillos en vez de estar en la mesa sobrevolaban las cabezas de los comensales y el camarero…

Toño trató de calmar los ánimos diciéndole a María Teresa que si le había gustado el bizcocho que él y sus compañeros habían preparado, le podía preparar dos pedacitos para que se los llevara a casa y así Edmundo también los pudiera probar.

Terelu, al despedirse de sus compañeros por una semana, estuvo de lo más conciliadora. Y las pullitas acabaron olvidadas, ¡pelillos a la mar!