Qué fue de Marina Castaño: polémicas, nuevo marido y una belicosísima herencia a disputar con el hijo de Camilo José Cela

Marina Castaño, viuda de Camilo José Cela, se convierte en la protagonista de la actualidad a raíz de su entrevista con Risto Mejide. 21 años después de la muerte del premio Nobel, nos preguntamos qué fue de su mediática mujer

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Conchi Álvarez de Cienfuegos

Redactora Jefe digital de Lecturas

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Sin esconderse. Marina Castaño (66 años) ha estado ahí para todo aquel que quisiera saber un poco más sobre la vida actual de la viuda de Cela, un título que, lejos de pesarle, sigue llevando con un enorme orgullo. Aunque durante los años 90 copaba portadas, reportajes de televisión y titulares, tras la muerte del escritor en 2002 su relevancia mediática perdió fuelle. Entonces, pasó a ser uno de los personajes preferidos de los programas más ácidos de la crónica social que destacaban sus problemas con la herencia o su polémico desempeño en la fundación que lleva el nombre del escritor.

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Con los años, dejó de estar en el ojo del huracán. Aunque aún a día de hoy, y muy de vez en cuando, su nombre acompañado de un “hace arder las redes” o “estalla en plató” puede seguir leyéndose. La que tuvo, retuvo. Y en este caso, en el ADN de Marina Castaño, la polémica parece formar parte suyo, como el color de ojos o la complexión. 

Por fortuna para ella, la Marina Castaño del año 2023 vive entregada al deleite continuo. En una plácida existencia plagada de viajes, comidas con amigas, y restaurantes que sirven espumas y tartares. Una vida idílica al lado de su actual marido, Enrique Puras, con quien se casó en 2013. Él es un importante médico cardiovascular que ha sido un sólido apoyo en los momentos más duros y que, lo más importante de todo, ha sabido respetar y ensalzar la figura de Camilo José Cela. A pesar del paso de los años, el escritor sigue siendo una figura clave en su vida. “Hay quien no me ha perdonado que fuera la viuda de Cela. Me he sentido envidiada”, dijo en 2022 a la revista '¡Hola!'. 

La nueva Marina Castaño vive entregada a su faceta de columnista y de bon vivant. Esto le ocupa la mayor parte del día. Le gusta practicar la jardinería en el exterior de su magnífica casa en Puerta de Hierro, plagada de recuerdos, cómo no, del Premio Nobel; y donde vivió la pandemia obcecada en no repetir menú ninguno de los días que durase el encierro. Se ha convertido en una ‘foodie’ de manual. No solo le gusta experimentar en su cocina, sino, también, fotografiar cada plato que llega a su mesa cuando pisa un restaurante.

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@marinaacastano

En su versión más familiar, Marina Castaño es una abuela a la que le gusta “malcriar” a su nieta. Solo tiene una; igual que solo tuvo una hija, Laura Camila. Fruto de su primer matrimonio, cuando solo tenía 18 años. "Yo hago cosas que jamás hice con mi hija. Dicen mis amigas que se parece a mí, pero tiene el mismo corte de cara y de pelo que su madre, las tres nos parecemos porque las tres hacemos los mismos gestos. Es una gozada”. Me encanta cuando me llama por teléfono o me pone mensajes, sentir que es mi cómplice y yo lo soy de ella, es algo muy, muy hermoso”.

Juicios y más juicios: el amargo paso por los Tribunales de Marina Castaño 

Pero esta aparente calma, muy de vez en cuando, se ve alterada. Y, quizás, las veces que esto ha pasado siempre han tenido un denominador común: el hijo de su difunto esposo. Camilo José Cela Conde se ha convertido en el gran azote de Marina Castaño y todo lo que esta mujer mechadísima representa. Ella, para no darle mayor protagonismo, hasta le ha borrado el nombre cuando se refiere a él. “Los cuadros de Picasso, de Miró, de Zabaleta, etc, lucen en despachos oficiales. Bueno, los que quedan, porque ahí metió mano tu pariente cercano. Fíjate qué amargura: lo que tú quisiste guardar allí para siempre se lo está llevando quien tú no querías que lo hiciera”, le dice al autor de ‘La Colmena’ en una carta abierta publicada en 2022, con motivo del vigésimo aniversario de su muerte. 

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@marinaacastano

Como es habitual, la versión de una y de otra parte difieren de manera considerable. Mientras que Marina Castaño considera que ha estado sometida a un verdadero expolio, Cela Conde cree que que la decisión de que su padre le dejara fuera del testamento (a excepción de un Miró valorado en 100.000 euros) fue cosa de su mujer. El Nobel dejó a la fundación que llevaba su nombre y a su viuda toda su herencia y su hijo peleó para conseguir aquello que por ley le correspondía. Al final, y tras años de litigios en los que no pararon de arrojarse platos a la cabeza, la justicia dio la razón al único vástago de Camilo José; y obligó a la periodista a que le entregase 3.9 millones en concepto de compensación. 

Para ella esto fue un auténtico ultraje del que aún no se ha recuperado. “La voluntad de los muertos no se debe alterar. Para eso están los testamentos. Pero, al parecer, son papel mojado”. 

Sus visitas a los juzgados en los últimos años, no solo estuvieron marcadas por la herencia de su marido, sino, también por la acusación de malversación de fondos por su trabajo en la Fundación Camilo José Cela y de la que acabó resultó siendo absuelta. Para ella, esta denuncia se debió una venganza de una mujer de Iria Flavia, lugar de nacimiento del autor y donde está la sede de la fundación. “Cuando mi marido estaba vivo, esa mujer besaba el suelo por donde yo pisaba. Pero, al morir mi marido, me lanzó unas amenazas que, en vida de él, nunca se atrevió, conminándome a que eliminara un capítulo de las Memorias de Camilo José donde se hacía mención al abuelo de ella. Como eso es imposible, porque yo no soy la autora del libro y porque nunca enmendaría la plana a mi marido, ella me dijo que se vengaría de mí. ¡Y vaya si lo hizo!”.

La última gran polémica en plató de Marina Castaño en contra de Esther Doña

Antes de sentarse junto a Risto Mejide, Marina Castaño ha sido colaboradora fija de ‘Espejo Público’, desde donde comentaba la actualidad política, social o de corazón. El año pasado vivió otro de sus picos mayores de polémica cuando cargó duramente contra Esther Doña. 

La exmarquesa de Iria Flavia fue muy próxima a Carlos Falcó. “Él fue el primer amigo que tuve cuando llegué a Madrid”, ha confesado en alguna ocasión. Junto a él vivió momentos de muchísima diversión de máximo cariño, por eso, cuando este comenzó su relación con Esther Doña, Marina estuvo al tanto de todo desde el principio. Pero la exmodelo no era del agrado de la columnista. Por eso, no dudó en cargar con enorme dureza contra ella, hablando de trastornos mentales y de conductas poco saludables. “Tenía arrebatos tan escandalosos que tuvo con Carlos en mi presencia tantísimas veces (…). He sido amiguísima del marqués de Griñón. No voy a contar todo lo que me contaba por respeto a su memoria”. Genio y figura, antes de Cela, con Cela y después de Cela.