Advertencia: para ver el último vídeo que Beyoncé ha colgado en sus redes hay que ponerse antes unas gafas de sol. El peligro de quedar deslumbrado ante tanto diamante junto es extremo.
Se trata de una oda a la ostentación, al brilli-brilli y al embarazo (pero menos). En realidad lo que importa del vídeo, y a lo que más protagonismo se da, es al barroquismo de las joyas, al diamante sobre el diamante, a las piedras preciosas y, en definitiva, al lujo que se asocia con el estilo de vida de los raperos y las divas de la música. No sabemos si prestados o no, pero el caso es que la última publicación en redes de Beyoncé es una invitación directa a los cacos. “Ey, tengo esto en casa, ¿te interesa?”. ¿Estos famosos no han aprendido nada de Kim Kardashian o qué? La hija de Kris Jenner tanto enseñar su anillazo de compromiso en la tele y en las redes solo le sirvió para que una panda de ladrones quisiera hincarle el diente mientras se encontraba en París.
Después la estrategia de Kim ha sido distinta. Posar en plan ‘ey, pero si no soy tan rica como creéis, soy de lo más llana ¡os lo prometo! Tan del pueblo soy que he alquilado esta casita de persona normal, poco amueblada, para que se crean que tengo lo justo, y hacer una sesión de fotos. Normalísima”. Pues Beyoncé tendrá que hacer lo mismo.
Los expertos en joyería ya habrían sacado la calculadora y sabrían decir cuántos millones tiene Knowles en cada brazo, pero imaginamos que por cada pulsera perfectamente podríamos tener cada uno una casita como la que alquiló Kardashian para hacer el paripé. Un paripé aún mayor que su boda con Kris Humphries.