El pueblo más bonito para visitar en agosto está en Cantabria y tiene el sello National Geographic

Cantabria es una comunidad autónoma que guarda grandes joyas, una de ellas es Comillas, un pueblo que tiene todo para convertirse en el destino del verano

Para conocer la historia de esta villa ubicada en Cantabria nos remontamos al 26 de agosto de 1881, cuando el rey Alfonso XII se bañó por primera vez en la playa de Comillas. El monarca llegó hasta allí caminando, gracias a las indicaciones de los habitantes y decidió nadar por la playa de la villa, según la crónica del periódico ‘La Correspondencia de España’ que cubrió los días libres de Alfonso XII en Comillas.

Tanto debió disfrutar el rey en aquella playa que repitió su visita en julio de 1882 y desde entonces todo cambió para Comillas y sus lugareños. Este cambio tras la visita regia se llevó a cabo gracias a Antonio López y López, quien a pesar de tener unos apellidos muy comunes fue el primer marqués de Comillas.

El pasado de Comillas

Muchos años antes de la visita del rey Alfonso XII, la industria del pueblo de Comillas se basaba en la caza de ballenas francas del cantábrico, un animal que se hacía presente en la costa desde noviembre hasta marzo. En la Edad Media las ballenas estaban muy bien valoradas y en Comillas salían varias embarcaciones para conseguir capturar a un animal tan preciado. Las zonas de la costa occidental cantábrica donde mejor se observaban las ballenas francas eran las atalayas de Portillo, Santa Lucía, Trasvía y Oyambre, y en el momento en el que se avistaba dicho animal, se avisaba con señales de humo.

A partir de 1720 se dejó de practicar la captura de ballenas, pero tal fue la fama de los trabajadores de Comillas que durante años fueron reclamados por barcos balleneros de todo el mundo. En la playa de la villa se puede observar una roca bautizada como el peñasco de la Ballena, ya que era allí donde se llevaba a cabo el despiece del animal. 

Una figura muy importante en el cambio de Comillas fue Antonio López y López, quien tras quedarse huérfano en la adolescencia emigró a Cuba y allí trabajó de recadista hasta que comenzó a codearse con grandes empresarios españoles y donde conoció a su mujer, hija de un importante empresario catalán. Gracias a sus nuevas relaciones y a sus negocios llegó a convertirse en uno de los hombres más influyentes de finales del siglo XIX. En 1853 regresa a su país de origen, fija su residencia en Barcelona y comienza a frecuentar su pueblo natal, Comillas.

El Palacio de Sobrellano, residencia de verano de Antonio López y López

A partir de sus visitas periódicas a Comillas, Antonio López y López pidió construir una morada en la que veranear y que reflejara la gran fortuna que había hecho en Cuba, algo muy propio de los indianos. Anteriormente había mandado construirse otro palacio en Barcelona, al que bautizó como Palau Moja, pero su deseo más personal fue tener un palacio en la villa que le vio nacer y para ello contrató al arquitecto Joan Martorell. La intención del indiano era tener una residencia que le permitiera albergar incluso al mismísimo rey Alfonso XII, aunque esto no fue posible dado que la construcción del palacio, al que bautizó como Palacio de Sobrellano, terminó más tarde de la visita del monarca. A pesar de no poder ofrecer una estancia al rey Alfonso XII en su nueva residencia, el monarca quiso agradecer el apoyo económico que Antonio había prestado años atrás a la corona y aceptó su visita, pero además le concedió el título de Primer Marqués de Comillas y Grande de España.

 

Comillas National Geographic

Palacio de Sobrellano, uno de los emblemas de Comillas que fue construido en 1888

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El Palacio de Sobrellano terminó de construirse en el año 1888 y se dice que fue el primer edificio de España que contó con luz eléctrica. La residencia de Antonio López y López se caracterizaba por tener una multitud de salones decorados con balustres de mármol, grandes ventanales y los techos y suelos hechos de madera tropical. Su fachada también es bastante impresionante por contar con galerías abierta llenas de columnas rematadas con flores de lis.

Otras joyas arquitectónicas de Comillas

El marqués de Comillas falleció en 1883, es decir, que no vio terminar su palacio de verano, pero si hubiese vivido hasta el fin de la obra, podría haber disfrutado del proceso de su otro gran proyecto: la Universidad Pontificia. Esta edificación fue concebida como seminario católico para dar formación a los niños más pobres de la villa y limpiar la mala imagen que su propio cuñado difundió del marqués. Inicialmente el edificio se bautizó como Seminario de San Antonio de Padua de Comillas y después fue la Universidad Pontificia de Comillas. Esta institución se convirtió en una de las referentes en formación teológica y concedió a Comillas el título de ciudad arzobispal.

Universidad de Comillas

El edificio de la Universidad Pontificia de Comillas

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Otro edificio muy característico de la villa de Comillas es el Capricho, sin duda, una de las edificaciones más singulares del pueblo. El Capricho lo mandó construir otro indiano llamado Máximo Díaz de Quijano, pero al igual que el marqués falleció sin ver terminada la construcción. El Capricho o ‘Villa Quijano’, como iba a llamarse inicialmente, es una de las mayores señas de identidad de Comillas. Esta edificación fue construida por Antoni Gaudí a distancia, ya que el arquitecto catalán nunca visitó el pueblo, pero un íntimo amigo suyo se encargó de levantar El Capricho gracias a la maqueta y los planos de Gaudí.

 

Capricho de Comillas

El Capricho de Comillas, construido por Antoni Gaudí

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En Comillas se esconden rincones con gran importancia arquitectónica, y aunque parezca algo tétrico uno de estos rincones es el cementerio. El camposanto de Comillas se levanta próximo a la costa, es de estilo gótico y ocupa las ruinas de una antigua iglesia del siglo XVI. Su arquitecto Lluís Dòmenech i Montaner fue contratado por Díaz de Quijano para construir el mausoleo de la familia Piélagos, pero también fue quien tomó la decisión de mantener las ruinas de la iglesia, en los que integró unos muros de mampostería y coronó el cementerio con una escultura de un Ángel Exterminador que años atrás donó Antonio López y López.

Cementerio de Comillas

Vista al cementerio de Comillas en la que se puede apreciar el Ángel Exterminador

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Motivos por los que visitar Comillas

Tras conocer el contexto del pasado de Comillas, hay que saber que son muchos los motivos por los que esta villa se debe visitar especialmente en agosto. Si te gusta disfrutar de la playa en verano, Comillas está cerca de algunas de las mejores playas de Cantabria como puede ser Oyambre, además está a menos de 50 km de la playa de la Arnía, que es candidata a Geoparque de la UNESCO por su belleza geológica. 

 

Playa de Oyambre
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Además de ser una zona con gran interés turístico por sus edificios y que permite a sus visitantes moverse a una gran variedad de playas, Comillas celebra a finales de agosto el Día del Indiano, para conmemorar a quienes promovieron el modernismo en la villa. Si quieres disfrutar de una fiesta menos común, puedes optar por acudir a las celebraciones del Día del Indiano y de paso disfrutar de la oferta gastronómica de la zona.