En total, 612 cadetes ingresaron el pasado 17 de agosto en la Academia General Militar de Zaragoza. Entre ellos, una muy reconocible, la princesa Leonor. La joven ingresaba con gesto serio y comprometida con su formación en el ejercito. No puede abandonar. Y eso lo sabe perfectamente. De ahí que sea del porcentaje que no ha abandonado. Porque sí, en la academia de Leonor ha habido una importante desbandada de alumnos.
De esos primeros 620 que llegaron con los petates cargados de sueños como el que llega a la capital para triunfar solo quedan 420 alumnos y alumnas. Casi un 20% menos. Cadetes que, o bien no se han encontrado en el ejercito lo que esperaban o bien no se han visto con el ánimo suficiente para hacer frente al durísimo entrenamiento que tienen por delante. Han tirado la toalla y están en todo su derecho de hacerlo, pero Leonor, simplemente, no podría. De no completar la formación académica necesaria, esta no podría convertirse el día de mañana en Capitana General de todos los ejércitos.
Así se preparó Leonor para hacer frente a su entrenamiento militar
Leonor es estudiosa, así que no es de extrañar que una de sus asignaturas preferidas y que mejor se le dan dentro de la academia sea Cartografía; tal y como trascendió a El País. La hermana de Sofía, que este año toma su relevo en el internado en Gales donde cursó el Bachillerato, tiene facilidad para esta ciencia que estudia los mapas y la elaboración de los mismos; mientras que muchas de las actividades físicas le pueden costar algo más. Las maniobras son duras hasta para deportistas experimentados, así que antes de ingresar en el centro de Zaragoza, Leonor se entrenó con un preparador físico que mejoró su fondo. Y no hay duda de que lo logró porque ahí sigue la princesa, a diferencia de casi 200 compañeros y compañeras que no jurarán bandera el próximo sábado 7 de octubre.
Leonor, sin distinción alguna con el resto de cadetes
A diferencia de lo que ocurrió con su padre, Leonor está siendo tratada como una cadete más dentro del primer curso en la academia militar. Comparte habitación, madruga a las 6.30 como todos y realiza las mismas actividades, dentro y fuera del aula. Además, para que no haya diferencias, jurará bandera con todos los estudiantes de su mismo año; con los 420 que han llegado hasta octubre, en un curso que se inició en agosto.
Felipe VI no lo vivió igual que su hija. En 1985, el joven príncipe de Asturias juraba bandera y lo hacía completamente solo. Sin ninguno de sus compañeros alrededor, en una ceremonia más especial. Y justamente es esto lo que se ha pretendido evitar. Leonor no es diferente al resto de sus compañeros y compañeras, así que lo hará con todos ellos. Y esto queda remarcado con la decisión de que no tenga una jura propia. Una decisión con la que la Ministra de Defensa, Margarita Robles, no puede estar más de acuerdo. “No va a ser una jura individualizada como fue con su Majestad el Rey y vamos a darle la máxima normalidad. Es muy importante que quien va a ser la futura jefa suprema del Ejército en su momento esté aquí con sus compañeros”, dijo hace tan solo unos días cuando visitó la AGM.
La jura, como es habitual, estará presidida por el rey y la reina. La única diferencia con las otras ocasiones será que, esta vez, su hija mayor pasará a besar la bandera.
Los planes de futuro de Leonor
Leonor, lo primero que tiene que hacer es acabar con la formación del Ejército de Tierra en la Academia General será durante el curso 2023-24 y tras eso, le esperan otros dos cursos en los que seguirá adelante con sus estudios militares. El próximo año acudirá a la Escuela Naval Militar, en Ferrol, donde se embarcará en el Juan Sebastián Elcano, para acabar ingresando, en el curso 2025-26, en la escuela de San Javier, que forma a los futuros y futuras pilotos del Ejército de Aire.