Desde el pasado lunes día 18 de junio duerme en la prisión (femenina) de Brieva, en Ávila, Iñaki Urdangarín. Hasta ahora, no habíamos visto a ningún miembro de la familia del condenado, pero las cámaras de los fotógrafos han captado a su hermano Mikel.
El marido de Cristina de Borbón viajaba a primera hora del lunes de Ginebra a Madrid para cumplir la condena de 5 años y 10 meses impuesta por el juez por su implicación en el Caso Noos. Volaba sin la compañía de nadie de su familia, que ha preferido mantenerse apartada en este durísimo momento. La hermana del Rey se quedaba en Suiza, donde hace años establecieron la residencia familiar, al cuidado de los cuatro hijos del matrimonio.
Mikel, hermano menor de Iñaki, ha sido un apoyo fundamental para este, incluso en los peores momentos. De ahí que su rostro, cuando fue descubierto por la prensa, fuera serio y preocupado. El director de la Fundación Estadio Fundazioa visitaba un comercio local especializado en alimentación cuando, a su salida, fue interpelado por la prensa, pero él prefirió guardar silencio y no pronunciarse. No hacía falta, su gesto apesadumbrado hablaba por él. Sin duda, la familia Urdangarín está atravesando uno de sus tragos más amargos. El además profesor en la Universidad del País Vasco, tras salir de la tienda y dando la callada por respuesta, se montó en su bicicleta y partió hacia su casa.
Aún se desconoce cuáles son los planes de la familia mientras Iñaki esté en la cárcel. Se ha rumoreado que podrían cambiar de residencia y establecerse, de nuevo, en España. En esta ocasión, escogerían un lugar en el que estuvieran cerca de Ávila para así poder hacer visitas frecuentes al preso que, recordemos, tendrá limitadísimo contacto personal en la cárcel: tiene un pabellón para él solo, con cantina, patio y sala para vis a vis, otorgándole la máxima privacidad pero, también, el máximo aislamiento.