Después del increíble éxito de crítica y público cosechado con 'La gran belleza', cualquier actor mataría por estar en el próximo proyecto del director Paolo Sorrentino. El director italiano ganador del Oscar a la 'Mejor película de habla no inglesa' vuelve a los ruedos, pero en esta ocasión con una miniserie de 8 capítulos producida por Sky, HBO, Mediapro y Canal + que apunta a ser uno de los grandes estrenos televisivos del año. La serie estará protagonizada por Jude Law y contará, además, con una cara española muy conocida, la de Javier Cámara.
Bajo el título 'The Young Pope' Sorrentino se mete en los lodazales del Vaticano para contarnos la historia de un Lenny Belardo, un cardenal ficticio que se acaba convirtiendo en el Papa Pio XIII, el primer Papa italo-americano. Solo unos pocos han tenido la suerte de poder formar parte de este ambicioso proyecto y muy pocos son también los detalles que han trascendido sobre él. Los productores, que están en modo críptico, solo han dejado caer que la serie sigue el ascenso de un cardenal conservador con los miedos y temores que un paso así puede tener para cualquier religioso.
A pesar de que no han trascendido muchas más informaciones sobre este proyecto - cuyo carismático protagonista sus productores han comparado con el Walter White de 'Breaking Bad' o Tony Soprano de 'Los Soprano'- los fotográfos ya han 'cazado' las primera instantáneas captadas mientras graban en los jardines de Villa Medici en las que se pueden ver a un Jude Law, que fue padre por quinta vez hace pocos meses, totalmente equipado para su papel de Papa, vestido de blanco impoluto y con los ropajes papicios.
Junto a Law estarán Diane Keaton, que dará vida a la hermana Lady Mary y el actor español Javier Cámara, una de las últimas incorporaciones al casting. Cámara interpretará al cardenal Gutiérrez, maestro de ceremonias del Vaticano.
Con esta serie, que no estara absenta de polémica, Sorrentino nos quiere contar la historia de un hombre ambicioso de ideas que casi rozan "el oscurantismo" pero que al mismo tiempo siente piedad por los pobres y los menos favorecidos, queriendo enfrentar la fe con la ambición y que, en palabras del propio director querrá que su protagonista refleje "cómo manejar y manipular el poder en un estado cuyo dogma e imperativo moral es la renuncia a ese poder y el amor altruista al prójimo".