Este 18 de febrero casi a las 21h, y con más de dos horas de prórroga de la hora límite, una puja de 376.000 euros ponía fin a la subasta de la casa de Toño Sanchís. La reacción más esperada era la de Belén Esteban, que no ha dudado en pronunciarse al respecto, pero también con la prudencia que le han aconsejado sus abogados. Lo primero que ha hecho la colaboradora de 'Sálvame' ha dejado claro en plató las emociones que le han recorrido después de un día de tensión y nervios vividos en la intimidad de su casa y rodeada de sus más íntimos. "Estoy muy contenta", ha reconocido tanto en el programa en el que colabora como a los periodistas apostados en la puerta de su casa horas antes.
"Con todo lo que ha pasado anteriormente, hasta que no vea a mis abogados no voy a hablar. Pero en cuanto reciba la llamada de mis abogados y pueda hablar, es que os vais a llevar las manos a la cabeza", decía contundente y generando una enorme expectación sobre todo lo que sabe y que, por prudencia, debe callar. "Estoy 'apretá", se lamentaba por no poder hablar con total libertad, al menos "hasta el viernes, y con documentación". "Es todo tan sucio", continuaba.
"Lo he querido vivir desde el principio y estuve con mis abogados y con los míos. Miguel y yo estamos muy contentos. Faltan muchas cosas por contarse y que se van a contar, pero con documentación. Por suerte, he estado muy buen asesorada", ha confesado también.
Otro de los aspectos que han sorprendido a todos es la seguridad con la que ha afirmado: "Tengo claro quién se ha quedado la casa". No cabe duda de que cuando Belén se sienta sin cadenas para hablar, ¡va a arder Troya! (O Villanueva del Pardillo). La colaboradora de televisión también ha matizado que "quien se queda la casa, carga también con la hipoteca. Por lo que tiene que sumarle a los 376.000 euros de su puja, los 266.000 euros de la hipoteca, más lo que le reclame Hacienda".
Aunque no ha querido avivar la polémica, Belén también se ha pronunciado a propósito del momento tenso protagonizado por Toño y el equipo de 'Sálvame' apostado en la puerta de su casa. Kike Calleja se encontraba frente a la casa del manager informando de los últimos minutos de la subasta, cuando salió arrastrando a uno de sus hijos del brazo, con el fin de que no pudieran continuar con la conexión en directo. "No voy a hablar, por respeto, pero las imágenes hablan por sí solas. Es vergonzoso la forma que tenía de llevar a esta personita. Y que deje ya de provocar a la Fiscalía", ha declarado.