Mientras Bernardo Pantoja se casaba con Junko, la bailarina de origen japonés con la que comparte su vida desde hace 18 años, su hija Anabel Pantoja se subía a la una pasarela para desfilar con un vestido de novia. La pareja de enamorados se dio el ‘sí, quiero’ rodeados de amigos y de seres queridos, que no superaron la veintena, y entre los que no estaban ni la colaboradora de Sálvame ni Isabel Pantoja. Anabel ha aclarado en el programa en el que trabaja qué ha sido lo que la llevó a subirse a una pasarela y no a ir a la boda de su padre.
“Yo estaba trabajando por eso no fui”, confiesa. Ella misma se había enterado por Kiko Hernández de la boda hace seis meses, por lo que para Anabel este enlace “no era ninguna sorpresa”. Hasta el último momento, aunque Bernardo sabía que su hija tenía trabajo como modelo en Simof, la pasarela de moda flamenca de Sevilla, mantuvo la esperanza de que su hija dejara de lado su trabajo para que lo acompañara en ese día tan especial. “El día antes de su boda mi padre me llamó y me dijo que le gustaría que yo pudiera ir a la boda”, contó.
Aunque no pudo ser testigo de la boda de Bernardo Pantoja y Junko, ese mismo día de la boda Anabel quiso tener un detalle con ellos. “Le escribí un mensaje en el que le decía que lo único que quiero es que sea feliz y si su felicidad pasa por casarse con ella, pues estupendo”, señaló a sus compañeros.
Quien no vio con buenos ojos que no asistiera a la boda fue Kiko Hernández, que arremetió contra ella. “Pero tu tía se tira un pedo y tú vas detrás de ella”, le recriminó el colaborador de programa. Y claro que Anabel no se iba a quedar callada. “Yo no voy a oler los pedos de nadie, nada más que los tuyos cuando yo quiera”, le espetó enfadada. Además añadió que si su padre la necesitara, lo iba a hacer siempre. “Yo estoy para cuando mi padre me necesita de verdad”, finalizó.