Kanye West ha llegado a su límite. Al menos su cabeza. Y en su entorno no pueden estar más preocupados. El rappero se encuentra ingresado en la unidad de Psiquiatría de un centro de salud de Los Ángeles, donde está siendo evaluado. En sus últimos trabajos discográficos, mostraba una auténtica megalomanía. Kanye se cree un Dios creador y todopoderoso, pero su cuerpo y su mente, sometidos a una gran presión, han acabado por ceder y le han devuelto a la realidad.
El marido de Kim Kardashian tuvo que ser reducido por la policía y por facultativos en la casa de su entrenador personal, después de perder el control y volverse literalmente loco. Kanye tuvo que ser incluso esposado a la camilla del estado tan alterado en el que se encontraba, asustando a todos aquellos que estaban con él en ese momento. Durante los días que ha estado ingresado, se le ha diagnosticado agotamiento por estrés. La única de la familia que ha dado declaraciones sobre su ingreso ha sido su suegra Kris Jenner. "Está exhausto. Realmente muy cansado. Tuvo una gira agotadora y difícil, así que él solo necesita algo de descanso", decía.
Sin embargo, el ataque de cólera de Kanye no había sido un episodio aislado. El cantante ya había puesto a todos en guardia, después del comportamiento errático mostrado en su último concierto. Tras cantar dos temas se puso a divagar durante un largo rato y a decir cosas inconexas. Aseguró que su gran amigo Jay-Z le quería matar y que la victoria de Trump en las urnas era una conspiración perpetrada desde Facebook y Google. Incluso, después de haber prometido que se iría de EE.UU. si ganaba Trump, dijo que le hubiera votado. No cabe duda de que tuvo un 'Sirocco' de los buenos. Al final, ha cancelado el resto de conciertos de su gira Saint Pablo Tour, que estaba siendo un rotundo éxito.
Al parecer, Kanye llevaba arrastrando problemas de insomnio serios desde hacía mucho tiempo, le preocupa la sombra que le puedan hacer otros artistas como Beyoncé. Sin olvidar lo mucho que afectó en su seno familiar el violento episodio vivido por su mujer en París, donde fue asaltada. Aunque los rumores de crisis también estén apuntando directamente a su matrimonio, Kim, muy preocupada, ha cancelado todos sus eventos sociales para mantenerse al lado de su marido cuando más lo necesita.