¿Por qué ha hecho historia el marido de Jaydy Michel, Rafa Márquez?

El futbolista mexicano se encuentra disputando con la Selección Mexicana el Mundial de Fútbol

A sus 39 años, el marido de Jaydy Michel, Rafa Márquez, ha conseguido todo un hito en la historia de la Fifa. Se ha convertido en el primer futbolista titular que ha participado en cinco mundiales consecutivos en los que, además, ha sido capitán de su selección.

Jaydy y Rafa, que empezaron a salir hace 10 años, son una pareja de lo más asentada. Cuando iniciaron su romance, él jugaba en el F.C. Barcelona y la modelo estaba instalada en España donde había probado suerte como actriz y había conocido al padre de su hija Manuela, Alejandro Sanz.

Tras la salida en 2010 de Rafa del club culé, el futbolista fue fichado por un equipo de Nueva York, donde le siguieron Jaydy y Manuela. Tras eso, volvió a su tierra, donde ha jugado estos últimos años hasta anunciar que se retira del deporte rey. Ha tomado la decisión tras jugar este Mundial, de nuevo como capitán, y sintiéndose muy orgulloso de lo conseguido. Pero mucho más orgullosa está Michel de él:

“Me siento muy feliz y afortunada de haber podido acompañarte durante algunos años de tu trayectoria profesional y ser testigo de la gran pasión que sientes por el fútbol. Eres #GrandeEntreLosGrandes y has llevado el nombre de México en alto”, le dice la modelo a su pareja, a quien ha acompañado a Moscú junto al hijo en común de ambos, Leonardo. “Te has ganado a pulso el respeto de tanta gente que te admiramos y que sabemos valorar tu trabajo. Te admiro mi amor por todos los sacrificios tan grandes que has hecho durante tantos años para llegar a ser el gran deportista que eres, por tu capacidad de compromiso y responsabilidad, por dejarte la piel en cada entrenamiento, por tu juego elegante... tanto talento que no sería nada sin el esfuerzo, la perseverancia, constancia y deseos de superarte cada día.”. Además le recordaba algunos de los ‘motes’ con los que Márquez ha sido conocido a lo largo de estos años: “el káiser, el patrón, el eterno capitán”.

Finalizaba su dedicatoria con la mirada, positiva, puesta en el futuro, “ahora que cambias de rumbo me siento orgullosa al poder seguir acompañándote en esta nueva aventura”.