Es un servicio esencial. En cuanto caía la electricidad este pasado lunes, la radio se convertía en el bien más preciado. En la calle, corros de gente alrededor de los coches donde se podía escuchar la última hora que contaban desde las diversas emisoras. Las tiendas se desabastecían de transistores. Todo el mundo quería saber qué estaba pasando y la única forma era a través de la radio.
Decenas de profesionales se quedaban en su puesto de trabajo sabiendo lo importante que era en ese momento. Mantenían informativos durante horas, sin descanso, conectando con cada rincón del país, siendo conscientes de que no había otra forma de comunicarse. Lo mismo pasaba en periódicos y revistas. Al pie del cañón, trabajaban sin luz ni descanso para tener una edición en el kiosco.
RBA
Fue el caso de la revista Lecturas, tanto en su edición en papel como en su edición digital. Lo mismo ocurrió en las demás revistas del corazón que salen cada miércoles a la venta. La información es esencial y hay que cubrirla. Un esfuerzo lleno de complicaciones e incertidumbres pero que siempre vale la pena. Informar está por encima de todo y la crónica social cumple una misión clave en los tiempos convulsos.
Pilar Eyre, periodista, escritora y columnista de la revista Lecturas, ha querido compartir un importante mensaje en redes sociales sobre la labor de los periodistas y los medios de comunicación. Unas palabras compartidas por muchos y muy bien recibidas por todos. Y es que el reconocimiento a los que han estado en el minuto a minuto es esencial.
El mensaje de Pilar Eyre
“Como es mi oficio, mi admiración a los compañeros que han luchado a brazo partido para que hoy salieran los periódicos y mañana las revistas. Honor a vosotros”. Ha sido un mensaje breve compartido en redes sociales. Pilar Eyre se unía a los muchos ciudadanos que daban las gracias a los profesionales que, sobre todo, desde la radio habían posibilitado que un país sin luz se informase.
Todas las emisoras cortaban su programación para ofrecer la información de que se disponía en un momento en el que ni siquiera había luz. Ataviados con generadores, desde los medios de comunicación se evidenciaba la necesidad de la información, el servicio público que es. Lo mismo pasaba en televisiones, periódicos y medios digitales. Los esfuerzos eran pocos.
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La revista Lecturas, como todas las publicaciones que salen a kiosco este próximo miércoles, continuaba con el trabajo ingente que supone cerrar un nuevo número. Hacerlo sobre todo cuando las circunstancias son tan difíciles y la actualidad manda. Imposible no luchar contra los elementos para lograr estar en el kiosco. En estos momento es cuando resulta más importante.
Como cada miércoles, este 30 de abril, las revistas llegarán a sus puntos de venta y lo harán con todas las historias y las noticias. Como han llegado este mismos martes los periódicos con sus ediciones especiales después del apagón histórico. Y como sus ediciones digitales han estado en todo momento ofreciendo información y datos actualizados para los ciudadanos. Es la gran función del periodismo.
La redacción de Lecturas reaccionó
"A las 12.30 h España se vio afectada por un apagón general. Pronto supimos que la red eléctrica había caído también en otros países como Portugal, Francia o Italia. Media Europa a oscuras. Nadie sabía qué ocurría. Las comunicaciones habían caído, intentar hablar con un familiar resultaba imposible y desplazarse para llegar a casa o al trabajo o ir a recoger a los niños al cole era una odisea. Y seguir trabajando no era tampoco tarea fácil. Había caído internet". Nos lo cuenta Sílvia Quiroga, redactora de la edición print de la revista Lecturas.
"En la redacción de Lecturas reaccionamos rápido. Era el día de cierre de nuestra revista y el objetivo, como cada semana, seguí siendo que nuestras páginas llegasen al quiosco puntualmente el miércoles para todos nuestras lectoras. El generador del edificio que RBA tiene en la ciudad de Barcelona, donde se encuentra nuestra redacción, se puso en marcha, pero solo para nosotros. Todas las revistas del grupo se pararon para poder seguir preparando estas páginas", explica emocionada.
Fue un día intenso, lleno de incertidumbre, de miedos, de incógnitas. Un día en el que desde Lecturas y desde todas las revistas de RBA, se trabajó como nunca. Y a la vez, como siempre. Ofreciendo a nuestros lectores la información que necesitan. Llegando a los puntos de venta con un nuevo número y muchas ilusiones.