Más de 5000 kilómetros y tampoco en esta ocasión. Penélope Cruz, con un Ungaro vintage en paillettes negro y visiblemente más delgada, traía a la tercera edición de los Premios Feroz el perfume de los Óscar, o mejor, de sus análogos, los Globos de Oro. Ella fue la que estrella que más revuelo provocó a su paso, con permiso de Blanca Suárez, que se permitió el lujo de hacerse esperar una vez comenzada la gala pero, sin embargo, la madrileña se quedó con las manos vacías.
Aseguraba en la alfombra roja que su personaje en 'Ma ma' le había dejado un hoyo hondísimo en su interior, que su Marta es uno de esos personajes que llevará siempre en su corazón, que se había entregado en cuerpo y alma a las manos del director Julio Médem y que su creación fue una experiencia que nunca olvidará. No obstante, para la crítica especializada debió de no ser suficiente y, en esta segunda ocasión (en los Forqué fue Natalia Molina), Inma Cuesta le arrebató con 'La Novia' el premio a la mejor actriz. ¿Habrá que esperar a los Goya, que a la tercera va la vencida?
“Me paro con la prensa porque luego, si no, me regañan”, decía la actriz bromeando y frenando así a los Relaciones Públicas que la guarecían de los flashes y los micros, a sabiendas de las críticas que siempre se ciernen sobre ella. Penélope Cruz volvía a ser la mujer más perseguida de la noche aunque, una vez más, el premio se le escapara entre los dedos.
- Vengo nerviosa ...
- ¿Nerviosa, Penélope? Si para ti esto es el pan de todos los días...
- No te creas. Vengo con ilusión, con agradecimiento, pero también con nervios. Este es una trabajo más, al que te entregas desde cero y para mí eso es siempre un mundo nuevo. Yo llego a los rodajes como si fuera la primera vez. Es cierto que llevo veintitantos años en esto y tengo algo de experiencia, muchas vivencias sí, pero para mi cada personaje es como si lo hiciera por primera vez. De hecho, lo pienso y ya soy una premiada, tengo la suerte de tener un trabajo que me gusta, del que puedo vivir y desde que era jovencita, cuando no entendía que fuera a un cásting y me dijeran que si en vez de un no.
- ¿Y qué cara pondrás si no te llevas el premio?
- No lo sé.
La cara de Inma Cuesta al verse con el Lobo en sus manos era todo un poema casi lorquiano. Satisfacción, locura, felicidad…
- ¿Dónde vas a poner el premio, Inma?
.- Al lado de Federico García Lorca. A su vera.
El largometraje de Paula Ortiz se hacía con los máximos galardones de la noche exceptuando el de mejor actor, que se fue para el otro lado del Atlántico con Ricardo Darín, o el de mejor actor de reparto, que recayó en Mario Casas quien repetía galardón a las órdenes de Álex de la Iglesia, un honor que ni él siquiera se esperaba ya que, en los minutos previos a la gala, el mayor interés se encontraba en si seguÍa o no su relación con Berta Vázquez quien, por cierto, una vez más, no le acompañaba. “No hay distanciamiento entre nosotros”, dijo antes del premio.
Pero después de tenerlo en su regazo no había lugar a dudas de que no había fisuras en su felicidad. “Me conocen más por el drama que otra cosa. Pues, ¡ya no quiero más dramas, me quedo por la comedia!”. Con esa declaración de intenciones puso a sus compañeros en pie, entre ellos, a Blanca Suárez que, sin embargo, llegó al recinto de la estación de Príncipe Pío donde se celebraba la fiesta del cine con la gala ya comenzada y el set de prensa vacío, casi emulando a Rosa María Sardá, premio de Honor, que no quiso saber nada de micros ni objetivos. Pero eso sí, la protagonista de “Carlos V” brindó a sus compañeros de profesión con un nuevo look. Melena bob rizada.