Paz Padilla y sus exóticas vacaciones en China

La presentadora no quiso revelar con anterioridad el destino donde ella y su familia desconectarían de la rutina diaria

Después de un año intenso trabajando, tanto en la presentación de 'Sálvame' como en la grabación de la serie 'La que se avecina', Paz Padilla estaba deseando que llegaran las ansiadas vacaciones. Y eso que a lo largo de este verano ha podido hacer sus ya conocidas escapadas de fin de semana, ya sea a Zahara de los Atunes, donde tiene una casa, o a Girona, donde la humorista posee una masía acondicionada como casa rural, Can Miquelet. Antes de partir, hizo prometer a los suyos que no desvelarían el destino de sus vacaciones.

Pero hasta ahora, Paz Padilla, su marido, Antonio Vidal, con el que se casó el año pasado, y Anna, la hija que Paz tuvo con su primer marido, no habían podido disfrutar de unas vacaciones como Dios manda, de esas de tomar un avión y cruzarse medio mundo hasta llegar al destino. Por fin han podido hacerlo y el matrimonio ha elegido un exótico destino: China. Misterio desvelado. Y ahora que lo sabemos, no resulta nada extraño, ya que ambos –pero sobre todo, Paz– son unos grandes enamorados de Oriente y su cultura. En su boda en Zahara de los Atunes hubo varios guiños, como un intercambio de coronas de flores o un baile de Bollywood que los novios y buena parte de sus invitados realizaron con gran maestría.

A raíz de ese baile, Paz desveló a los espectadores que ella y Antonio ya se habían casado con anterioridad en la India, un país al que adoran y por el que sienten una gran admiración. Al parecer, fue su amiga y compañera Eva Isanta (la Cuqui en 'La que se avecina') quien les sugirió la idea de casarse en la India y Paz cogió al vuelo la sugerencia con gran entusiasmo.

De momento, Paz solo ha compartido una imagen de este maravilloso viaje a China, pero ha prometido que irá subiendo fotos de sus vacaciones. Mientras eso sucede, hemos hecho un recopilatorio de lo que ha hecho Paz este verano. Que Zahara, en Cádiz, y L'Empordà, en Girona, tampoco están nada mal.