“Quiero agradecer a todo el equipo de ‘Sálvame’ que por fin he tenido el verano de mi vida. Te lo juro de verdad, y me voy a emocionar”. Al decir esto, Paz Padilla cambiaba su habitual tono de broma para ponerse mucho más seria y con los ojos vidriosos. Realmente estaba agradecida con sus compañeros, especialmente con Kiko Hernández y David Valldeperas quienes, junto con Carlota Corredera, han sustituido a la humorista e este verano.
Hacía muchos años, ocho en concreto, que Padilla no podía disfrutar de unas vacaciones como antiguamente acostumbraba: semanas y semanas de absoluta despreocupación en las que no pensar en otra cosa que en disfrutar de los suyos, “pa’ que luego digan que soy una mantenida”, decía recuperando sus bromas. “A veces no me lo creía. He estado en la playa con mi madre, viajado a China con mi niña y decía ‘qué bien, ¿será que no voy a volver a trabajar?’. De verdad, os doy las gracias porque no he tenido el miedo ese que siempre tenemos los artistas de que cuando nos vamos de vacaciones pensamos ‘¿y si se acaba el trabajo y no vuelvo?’. Me he ido muy tranquila, estoy muy feliz y sé que lo habéis hecho muy bien”. La gaditana compartía con la audiencia uno de sus mayores terrores: quedarse sin trabajo. La inestabilidad es constante en este mundo en el que Paz se desenvuelve tan bien pero no se adapta a ella. ¿Quién podría? Pero gracias a ‘Sálvame’, y, sobre todo, a sus compañeros, ha aprendido que no tiene de qué preocuparse, mientras los datos sigan respaldando a la corrala show, todo irá bien.
“Sé que estoy entre compañeros, entre amigos… de verdad, el verano de mi vida”, volvía a repetir al director del espacio, que es uno de sus más allegados en el espacio, puesto que hasta llegó a ejercer de maestro de ceremonias en su propia boda, una boda de la que, por cierto, ahora se cumplirá su primer aniversario.