Nunca hubiésemos pensado que terminaríamos viendo una imagen así. Pero reconocemos que nos encanta. ¡Qué buen ejemplo! Ya sabíamos que Paz Padilla y su hija, Anna Ferrer, son uña y carne. Se entienden a las mil maravillas, se quieren y se respetan -aunque a la presentadora no le haga mucha gracia que la joven sea bloguera-. Pero resulta que esta buena sintonía no se queda solo entre madre e hija. Hay un tercer miembro muy importante para ambas que también ha querido unirse al grupo. Sin duda, el mejor de los regalos para la hija de la presentadora.
Se trata, claro, de Alberto Ferrer, ex marido de Paz y padre de Anna. La presentadora se ha reencontrado con su ex y ha querido compartir el momento con sus miles de seguidores. No es de extrañar, contando que se trata de un momento muy especial para su hija. ¡Qué alegría ver a tus padres juntos después de tanto tiempo! El escenario, como no, ha sido Los Tunantes de la Villa, el local que la presentadora ha abierto este año en Villaviciosa de Odón.
“Una noche de reencuentro con lo que siempre nos unirá”, escribía Paz en su perfil de instagram. Pese a llevar ya casi quince años separados, la pareja sabe que el bienestar de su hija Anna es lo más importante y lo que tendrán en común. Paz y Alberto se casaron en 1998, justo un año después de haber tenido a su única hija. La relación, no obstante, comenzó a enfriarse al poco tiempo y se divorciaron tan solo cinco años después.
Pero la presentadora recuperó pronto la ilusión. Y nada más ni nada menos que con su amor de juventud. ¡De película! Padilla conoció a su actual pareja, Antonio Vidal, en Cádiz cuando iba al instituto. La vida les separó pero volvieron a encontrarse tras la separación de la humorista y retomaron el romance. Ahora, felizmente casados, viven en una permanente luna de miel -y nos ponen a todos los dientes largos a través de instagram-.
Seguro que Anna no olvida este reencuentro en mucho tiempo. Ojalá todas las parejas separadas tomaran ejemplo de la buena relación de la presentadora con su ex. Los hijos deben estar por encima de todo. Enhorabuena, Paz, ¡así se hace!