Han sido, desde luego, los peores meses de su vida. Paz Padilla se enfrentaba, en muy poco espacio de tiempo, a la muerte de su madre y de su marido, Antonio. Dos golpes que el destino le reservaba para un año ya de por sí complicado como es este que vivimos. Pero lejos de venirse abajo, lejos de desaparecer y refugiarse en su intimidad, la presentadora daba una enorme lección de vida a todos. “Se ha muerto mi alma gemela”, se sinceraba en su primera y valiente entrevista.
Aunque todavía faltan tres meses para poner punto y final al 2020, Paz está decidida a dar la bienvenida a una nueva etapa cargada de buenas noticias. La presentadora se enfrentaba, con discreción y tratando de proteger a los suyos, a los dos golpes más duros que nunca va a poder recibir. Su madre, Dolores, fallecía el pasado mes de febrero a los 91 años. Una pérdida que pillaba a Paz en plena lucha contra la enfermedad de su marido. Antonio se enfrentaba al tumor cerebral que se le había diagnosticado y la presentadora lo dejaba todo para estar a su lado. Acompañándole, ayudándole y haciendo que sus últimos meses de vida fuesen lo mejor posible.
“Feliz cumpleaños mi amor. Celébralo con una gran fiesta, yo aquí te seguiré diciendo te quiero y mandándote besos llenos de ternura, te amo”, escribía hace pocos días en su cuenta de Instagram. La historia de amor de Paz y Antonio es una de las más curiosas y también románticas. Un amor forjado con el tiempo que terminó reencontrándose justo en el momento preciosa. “Llegué a su vida para ayudarle a morir y amarlo con todas mis ganas”, se sinceraba en su regreso a 'Sábado Deluxe'.
No ha perdido la sonrisa
Si hay algo que ha dejado claro Paz Padilla en estos días es que está dispuesta a disfrutar cada segundo. Así lo hubiese querido su Antonio. La presentadora ha vivido todo este proceso con una entereza y una naturalidad que ha impactado. También lo ha hecho su hija Anna, su gran apoyo en los buenos y malos momentos. Juntas y acompañadas de Iván, el novio de Anna, han logrado cambiar la mentalidad de mucha gente y, desde luego, honrar la memoria de Antonio.
Muy querida y arropada por sus compañeros, la presentadora ha dejado atrás todos los malos rollos y los enfrentamientos y ha sentido el amor que le profesan. Se ha ganado la admiración de los colaboradores, del público y de todos los que han estado a su lado en este duro trance.