‘Sálvame’ vivió ayer su tarde más polémica al hablar de uno de los temas candentes de la actualidad: la exhumación y traslado de los restos de Franco. La figura del dictador trajo consigo un inesperado debate político que removió muchos sentimientos, especialmente a Paz Padilla cuya madre, Lola, a sus 90 años sigue temblando cada vez que recuerda lo mal que lo pasó en la Guerra Civil. Como ninguno de los que participaban en la tertulia habían vivido qué fueron, de verdad, esos tres años plagados de luchas y de sangre, la presentadora quiso contar con el testimonio de su progenitora que los vivió en su propia piel. Y eso la puso al borde del llanto.
“¿Estás diciendo que a mi madre le han lavado el cerebro?”, preguntó la gaditana a Antonio Montero, “¡Mamá, te voy a llamar! ¡Vamos a escuchar a mi madre!”. Y dicho y hecho. Solo unos segundos más tarde, la voz de doña Lola se colaba en el plató. “Mamá, soy la artista”, así es como su madre llama a Paz, “¿estás viendo el programa? ¿Estoy mintiendo cuando yo digo que tú has visto y sufrido mucho?”, “Noo, que va, que va”. La presentadora quería que la que le dio la vida compartiera, con sus compañeros y toda la audiencia, lo durísimas que fueron la guerra y la posguerra, plagada de hambre y de miseria.
“¿Tú veías cómo se llevaban a la gente y escuchabas los tiros?”, preguntaba, de lo más directa, “Claro, los mataban detrás del peñón”. “¿Y cuántas veces nos has contado que torturaban a gente?”, “muchísimas, se los llevaban y ya no aparecían”.
Lola, a pesar del tiepo que ha pasado, aún tiene miedo, por eso, al despedirse de su hija, además de recordarle lo que la quiere, se preocupa por si está hablando demasiado por la televisión, “no digas nada de Franco, vaya a ser que te pase algo”. Una conclusión final tremendamente esclarecedora.