Si hace unos días Paula Vázquez (49 años) sorprendía a todos con la una confesión muy íntima sobre una relación amorosa que tuvo con un concursante de 'La isla de los famosos' que estaba a punto de casarse y que no la dijo nada, ahora la presentadora ha confesado en 'Estirando el chicle', el pódcast que dirigen Carolina Iglesias y Victoria Martín, que los médicos le acaban de diagnosticar un trastorno mental del que ella ya tenía algún indicio.
Muy risueña y con una sinceridad y desparpajo increíbles, Paula, que no le importa hablar sobre salud mental porque también ha reconocido que había sufrido una fuerte depresión, ha revelado que acaba de ser diagnosticada con TDAH (trastorno por déficit de atención e hiperactividad). "Acabo de estar en el psiquiatra a ver si tenía TDAH y con solo rellenar una hoja me han dicho 'correcto'. He rellenado la mía, la que estaba al lado, a la otra la he cuestionado, a la otra la he hecho una entrevista, me he hecho un selfie, he aprovechado para hablar con chatGPT y han dicho 'esta chica no está bien seguro'", ha comenzado diciendo la también actriz.
Es entonces cuando una de las presentadoras le pregunta a Vázquez si ese es el motivo por el que ha hecho tantos programas y tantas cosas en su vida. "Pues creo que sí. Creo que tengo una mente muy dispersa. Entonces he podido cambiar de un sitio a otro. Sí, soy súper nerviosa", ha reconocido la conductora de 'Bake Off: Famosos al horno' para después contar una anécdota.
"Una vez se me ocurrió hacer un vídeo de estos a cámara rápida y lo dejé quieto mientras comía con unos amigos. No se movían y yo no paraba. En diez segundos se veía una hora de comida y ellos estaban parados. Yo me levanto, pido pan, no se qué, te sirvo, te hablo, te explico. ¿La gente cómo me aguanta?", ha expresado Paula. "Estaba convencida de que lo tenía después de ver muchos vídeos de TikTok y he empezado hace unos días mi tratamiento", ha añadido.
Pero no solo eso, Vázquez ha querido también darle importancia a todo lo relacionado con la salud mental, un tema del que ha hablado en varias ocasiones. "Todavía hay momentos en los que tienes pequeñas crisis, pero ahora ya tienes las herramientas. Para mí es un regalo de los dioses tener a alguien que ha estudiado, para cuidarte. Hago psicoanálisis, que es como hacer un máster sobre ti y me sigue ayudando muchísimo", ha reconocido, dejando claro que va a un terapeuta y especialista para conocerse mejor y aprender a solucionar sus propios problemas.
La depresión de Paula Vázquez
Durante la entrevista en el conocido pódcast, Paula también ha revelado que hubo una etapa en su vida, cuando más trabajaba y enlazaba proyecto tras proyecto, que hizo muchos "sacrificios": "De los 17 a los 30 no me relacioné, no tuve vida. Lo recuerdo todo muy sacrificado", ha comentado sobre la temporada televisiva en la que los profesionales no contaba con CUE por lo que tenían que estar "estudiando" todo lo que debían decir mientras grababan.
Pero no solo eso, Paula también ha revelado que cuando era más joven había más exigencias físicas: "En mi época los estereotipos ultrasexualizados eran todavía más potentes, que siguen siéndolo", ha expresado para después contar cómo tanto trabajo la condujo a una depresión.
"No salía, no vivía, y ahora con 50 años estoy que me vuelvo loc. Recuerdo una época en que me ponía en la agenda cuándo podía llora. Hacía un programa en Francia, una película en Italia, hacía el Euromillón aquí. Tenía bolos sueltos, y mientras un catálogo de bikinis, entrenar... No tenía vida. Hubo de todo. Lo pasé muy bien, pero lo pasé muy mal. Como estos programas no lo hacían mujeres, no estaba estipulado en el presupuesto ni estilismo, peluquería ni maquillaje. Iba con una mochila con el kit de la buena presentadora", ha explicado sobre formatos como 'La isla de los famosos', donde coincidió con Canales Rivera.
Fue en ese momento cuando vivió su peor momento de salud mental. Le diagnosticaron depresión y comenzó a tener alopecia areata. "Yo hacía de Paula Vázquez, como que todo iba estupendo, hasta que se me empieza a caer el pelo, y me quedo casi calva. Me estaba muriendo y nadie se estaba dando cuenta. A mí me parecía normal llegar a casa y llorar", ha confesado la presentadora, que creía debía enfrentarse a a una "represión constante" en la que además se veía obligada a "hacerse la tonta". "Soy poligonera, de Caranza, eso de hacer de niña bien y niña buena me costaba esfuerzos", ha concluido entre risas.