Este miércoles 4 de septiembre, después de doce días desaparecida, se hallaba el cuerpo sin vida de Blanca Fernández Ochoa. La familia, golpeada por la tragedia, asume el difícil reto de despedirla y continuar la vida sin ella. Lo hace unida, como Paula, sobrina de la esquiadora olímpica e hija de Paquito Fernández Ochoa, ha explicado con la voz emocionada en 'Sálvame'.
Paula perdió a su padre hace ya trece años a consecuencia del cáncer. Las circunstancias son diferentes, pero el dolor por la pérdida es igual de intenso, y no puede sentirse más identificada con el abatimiento que ahora inunda el corazón de sus primos, Olivia y David. La joven, serena, pero emocionada por recordar a su adorada tía, se ha concentrado en confortarles sobre todo a ellos y a su abuela, a quien le ha tocado experimentar a dos de sus hijos.
La hija del campeón olímpico contaba la conmovedora conversación que ha tenido con su primo un día después de que los peores pronósticos se cumplieran. "He estado hablando esta mañana con mi primo David. Es difícil. Cuando despedí a mi padre, lo pasé fatal. Los dos han fallecido a los 56 años. Le he dicho que papá está conmigo cada día y Blanca también lo estará con él seguro", contaba con la voz rota.
Si bien ha reconocido que, hasta el último momento, guardaron todos un resquicio de esperanza por encontrarla con vida, Paula, realista, reconocía que ya están en el doloroso proceso de seguir la vida sin Blanca. "Hay que pasarlo, es parte de la vida. Mi familia lo comparte todo y hay que seguir", afirmaba.
El único pensamiento que les da cierto respiro en esas dramáticas circunstancias es que "en el fondo estamos intentando asimilar que ahora Blanca descansa en paz, que ya no está, pero queremos que esté tranquilita y que sepa que la echaremos mucho de menos. Es difícil asumir estas cosas, pero encontrarla ha sido un alivio".
La familia al completo, dando un ejemplo de unidad, se ha volcado en la madre de Blanca, que está desolada. La hija de Paquito ha descrito a su abuela como "una persona de otra generación, muy fuerte a sus 93 años". "Está mal, pero lo lleva por dentro. No le queda otra y ya ha vivido la muerte de mi padre. Es terrible perder a un hijo, pero es una mujer hecha y derecha y lo está llevando con entereza", contaba.
Blanca y Paula se vieron por última vez hace tres semanas en Cercedilla, cuando fue a visitarla a ella y a su abuela. Ha recordado que todo fueron risas y la vio "muy ilusionada" hablando de la montaña.
La joven solo desea que sea recordada por lo unida que estaba a su padre. "Creo que están los dos ahí arriba para siempre", confesaba emocionada. Además de sus logros deportivos como esquiadora y mujer, ha destacado que su tía Blanca "era una de las personas más nobles y más generosas del mundo. Mi familia creo que querría que fuera recordada por esto en unas circunstancias tan duras como esta".