Paula Echevarría tiene un oasis cuando las cosas a su alrededor están demasiado revolucionadas y amenazan con desestabilizarla. Su hogar, su paraíso, su lugar perfecto en el mundo es donde esté su hija Daniella. El esperado comunicado donde la actriz y David Bustamante han anunciado su divorcio se ha difundido esta semana, más de un año después de que saliera a la luz la noticia de su separación. Como era de esperar, la confirmación ha convulsionado las redacciones y ha hecho correr ríos de tinta, pero a ella la cogía a miles de kilómetros. Lejos de su nueva pareja Miguel Torres, pero sobre todo, lejos de su hija, que es lo que más quiere en el mundo y por quien ha dado todos los pasos para que su crisis matrimonial y sus efectos en los medios la afectaran lo menos posible.
Echevarría ha viajado a Los Ángeles y a México D. F. para cumplir con una serie de compromisos con las marcas de la que es imagen. Una semana fuera que ha tenido un sabor intenso, no solo por todo el revuelo que lleva arrastrando desde hace un año, sino porque ha significado estar bastantes días separada de Daniella. Madre e hija se morían por volver a verse y el reencuentro ha sido tan especial y tierno como esperaban. Divorcio, romance, su experiencia americana... La importancia de todos esos temas se diluía justo en el momento de poder abrazar a su pequeña, quien le había preparado una sorpresa que ha emocionado a la actriz.
La exmujer de Bustamante ha compartido en su 'stories' el cartel improvisado de bienvenida que le había preparado 'Dani'. Paula moría de amor mientras lo mostraba en sus redes sociales y a sus seguidores se les deshacía el corazón. Una vez más, ha demostrado la niña tan cariñosa y madura que es. Y es que no para de tener detalles con sus padres. No extraña a nadie el orgullo y el amor infinitos que ambos sienten por ella, y esa es una lección valiosísima que la va a acompañar toda la vida.
Paula Echevarría ha compartido otro momento del encuentro más esperado de su vuelta a casa: una preciosa instantánea de su mano y la de su hija entrelazadas. Un momento tan íntimo y cotidiano, como tan grande y especial donde reside el auténtico paraíso de la actriz.