Bromea sobre si tiene acciones en ‘El Hormiguero’. Pero es que es verdad, Paula Echevarría va mucho al programa de Pablo Motos, pero siempre que va nos descubre nuevos secretos sobre su profesión, los proyectos que se trae entre manos y su familia. De su visita de ayer extraemos dos conclusiones: una, que su hija pasa de que sus padres sean famosos y dos, que “la convivencia en la cama” es muy difícil. Ahora os explicamos.
Asegura que tiene muchos motivos para tener brillo en la mirada. Tiene una vida en la que todo le sonríe y ese buen rollo es el que desprende. Encantada con el regreso de su serie, ‘Velvet’, la actriz no tiene más que buenas palabras para la ficción que protagoniza. Desveló algunos detalles de esta nueva temporada, como que las peleas entre su personaje y el de Manuela Velasco serán épicas, pero también se atrevió con alguna que otra confesión más personal.
De Daniella confesó que la niña está siendo educada de la manera más normal del mundo. Reconoce que una vez que llegan a casa, los personajes se quedan fuera y los únicos que entran son Paula y David en esencia. Así no es de extrañar que la pequeña de la casa vea los trabajos de sus padres como si nada. "Mi hija pasa tres pueblos de la profesión de su padre y de su madre”, asegura. "Con la del padre ya un poquito más, porque ya va a los conciertos, lo ve en el escenario, la gente aplaude, grita mucho y como que se viene un poco más arriba… pero con lo mío pasa", confiesa. Y es normal, al final la niña lo lleva viendo desde pequeña en casa y para ella eso es lo natural. "Pues sí, tengo una madre que es actriz, pero mira qué bien, como la que tiene una que es cajera".
Eso lo que respecta a su hija, pero de su marido también ha confesado algún secretillo que hace que perfilemos mejor cómo es el día a día en casa de los ‘Bustarrías’. Sobre todo, cuando estos se van a dormir. "La cama tiene que estar planchadita, planchadita y las mantas puestas colocaditas, y él es todo lo contrario, se mete en la cama y empieza a hacer así con las piernas hasta que consigue hacer un gurruño todo el edredón. Yo me levanto por la noche a colocarlo y lo vuelvo a estirar. Nos pasamos todo el rato peleándonos… manta para aquí, manta para allá”, confiesa. De ahí que diga esa frase maravillosa de “la convivencia en la cama es muy difícil”. Nos la grabamos a fuego.