Recluida en la finca 'La Cetrina' que posee en Jaén junto a sus dos hijas y sus padres tras el anuncio de su separación. A diferencia de su todavía marido, Enrique Ponce, que no se corta a la hora de exponer su relación con Ana Soria, Paloma Cuevas ha optado por la discreción y el silencio.

La empresaria solo tiene un objetivo y ese es que nada ni nadie altere el bienestar de sus hijas Paloma y Bianca, de 12 y 8 años respectivamente. Para ello, cuenta con la compañía y amparo de sus padres, Victoriano Valencia y Paloma Díaz, que no se han separado de ella ni un instante.