La vida de Paloma Cuevas ha cambiado drásticamente en los últimos meses. Desde que se confirmó su separación con Enrique Ponce, quien ya ha rehecho su vida junto a Ana Soria, la empresaria ha tenido que hacer frente a unos meses muy duros en los que ha intentado refugiarse en el trabajo y en los suyos. En especial, la socialité ha encontrado toda la energía que necesitaba para salir adelante en dos personas muy especiales para ellas.
Muy activa últimamente en las redes sociales, Paloma Cuevas ha desvelado en una publicación este pasado miércoles 11 de noviembre que sus dos hijas, Bianca y Paloma, se han convertido en el mejor motivo para afrontar con positividad esta nueva e ilusionante etapa de su vida sin Enrique Ponce. En concreto, la empresaria ha compartido una imagen en la que aparece tirada en el suelo junto a una de las pequeñas.
“La risa de un hijo es alegría que energiza. Nuestro primer viaje a Paris juntitas... Ella no paraba de repetir con la gracia de los tres añitos: ‘¡Me encanta PARIS!’. Era tanta su emoción al llegar a Francia, que de tanto correr por la terminal, mamá se resbaló y acabamos las dos en el suelo... ¡¡¡Qué risa nos entró, no podíamos parar de reír!!! Sin darnos cuenta estábamos ‘construyendo recuerdos’. La mirada de una madre y un hij@ constancia veraz de la devoción por ambas partes, una relación enriquecedora que alimenta el espíritu”, ha escrito Paloma Cuevas en su cuenta de Instagram junto a la bonita instantánea.
Un mensaje con el que deja claro que sus hijas se han convertido en el mejor motivo para seguir adelante. Paloma Cuevas se ha centrado en las pequeñas, por quienes incluso llegó a plantearse abandonar el país. Todo mientras cada día ve más cerca el divorcio con Enrique Ponce, que el diestro todavía no ha firmado.